El rendimiento de los Foxes en estos primeros meses de competición está sorprendiendo a más de uno. Tras salvar la categoría en las últimas jornadas del pasado curso, el inicio de la actual campaña está resultando muy ilusionante en el King Power Staium. ¿Hasta donde podrán llegar?
Pocos podían presagiar en los meses de verano que el Leicester City mantendría la racha de resultados con la que logró la permanencia en la Premier League. Nigel Pearson fue capaz de sacar el máximo rendimiento a su plantilla y obró el pequeño milagro de mantenerse en la élite, pero su fuerte carácter se convirtió en un arma de doble filo y finalmente le costó el cargo.
La tarea de comandar el nuevo proyecto recayó en Claudio Ranieri, veterano técnico que parecía lejos del primer nivel tras ser cesado como seleccionador griego, cargo en el que sólo logró un empate en cuatro encuentros. Con un juego práctico, que explota las mejores virtudes de sus pupilos, el Leicester City se ha encaramado a lo más alto de la clasificación, compitiendo de tu a tu con los grandes del campeonato inglés.
A priori es complicado que puedan mantener el exigente ritmo de la Premier con una plantilla no demasiado larga, pero emular al Leicester de finales del siglo pasado está en sus manos. De la mano de Martin O'Neill, aquel equipo logró el ascenso y se colocó en la zona tranquila de la Premiership. Además logró romper una sequía de 33 años sin ganar un título al conquistar la Copa de la Liga en 1997 y 2000. Aquel conjunto lo componían jugadores como Robbie Savage, Muzzy Izzet, Tony Cotte o Matt Elliott.
Hoy en día está claro que las estrellas de este equipo son Jamie Vardy y Ryad Mahrez, pero sería un error pensar que el éxito se basa en estos dos atacantes. Para que ellos brillen hay un gran trabajo detrás. Claudio Ranieri, astuto como pocos, ha sabido hacer jugar a su once de la manera correcta para explotar el juego y buen momento de ambos y estos le han devuelto la confianza con goles y buen juego.
Además les ha rodeado de los complementos adecuados. En la portería Kasper Schmeichelestá demostrando que no le pesa el apellido y con sus sólidas actuaciones se está ganando un hueco en la élite del fútbol europeo. En el eje de la zaga Robert Huth, que no es un dechado de técnica, impone su ley y su experiencia en un fútbol tan físico como el de las Islas. En el centro del campo la manija la lleva Danny Drinkwater, que a sus 25 años está ante la oportunidad de su vida tras salir de la Academia del Manchester United donde nunca llegó a cuajar.
Estos son sólo tres nombres de los que componen una plantilla que funciona como un verdadero EQUIPO, donde cada pieza sabe que es necesaria para el buen funcionamiento del conjunto y que no escatima esfuerzos para lograr el bien común.
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