Eleanor y Park, Park y Eleanor. Me he enamorado con este libro.
Esto es literatura juvenil, y es literatura adulta. Es esa clase de libros que abarca desde los nueve hasta los noventa y nueve años. Es breve, poco más de trescientas páginas y está narrado de una forma peculiar, ya que va saltando entre los puntos de vista de Eleanor y de Park, pero no capítulo a capítulo, si no incluso en medio de una conversación, tan solo para un párrafo o incluso una sola frase. Al principio puede resultar extraño pero la verdad es que es muy eficaz, consigue meterte en la piel de ambos por igual.
Esta es una novela de amor adolescente, pero también es algo más, una tragedia en la que milagrosamente surge el amor. De hecho no soy capaz de comprender como la autora ha conseguido sembrar esa historia de amor en un terreno tan yermo y maltratado, ya que la vida de Eleanor no es fácil. Es pobre, pero de nuevo, eso es lo de menos. El verdadero problema es su padrastro, un verdadero psicópata, y su madre, que parece haber asumido su situación y no está dispuesta a luchar por sus hijos.
Por si esto fuera poco, en el colegio no lo tiene mucho más fácil. Tina y sus amigas le hacen la vida imposible haciéndole casi desear no ir al colegio, casi. Lo único bueno es que en el bus coincide con Park, y tras un inicio un poco difícil, consiguen conectar.
El principio de la historia de amor es fantástico, ya que no en vano está situada en los ochenta. Cuando Eleanor y Park comienzan a compartir gustos y aficiones se habla de cómics y de grandes grupos de música con la pasión que solo los adolescentes pueden sentir. El caso es que conectan, de al manera más inverosímil e impredecible, pero se enamoran.
A partir de aquí hay una dicotomía insoportable, ya que la relación con Park va bien, pero la situación en su casa se degrada cada vez más. Eleanor conoce a la familia de Park, empieza a librarse de sus complejos y a sumergirse de verdad en el amor. Incluso aprende a quererse a si misma, un poquito. Park por su parte madura, aprende a controlar sus emociones y aprende, en definitiva, a ser el mismo.
Por otra parte en casa de Eleanor las tragedias se suceden. Poco a poco todo empeora, y ves como se va acercando el borde del precipicio. En serio, me he encontrado casi gritándole al libro “Sal de ahí”. De verdad que lo he sentido en mis propias carnes. Por suerte, Park es todo un caballero, una persona honrada y valiente y no voy a decir nada más para no destriparos la historia.
En fin, que me he enamorado, una historia impactante y muy tensa por momentos. Tiene la virtud de hablar de las cosas más cursis sin llegar a serlo nunca. En todo momento es completamente natural, y consigues identificarte perfectamente con los protagonistas. Si queréis una novela divertida, de amor y algo más compleja que “chico conoce a chica…” esta es la vuestra. A disfrutarla.
Silvestre Santé