Lejos de los hombres, dos hombres y un destino

Inspirada en el cuento corto de Albert Camus titulado El huesped nos llega esta semana Lejos de los hombres, una película que se desarrolla en Argelia a mediados de los años cincuenta cuando el conflicto entre colonos franceses y árabes era más sangriento. Su director, David Oelhoffen, coloca en el desierto a dos hombres que se necesitan mutuamente para sobrevivir rodeados no solo de tierra árida sino de todo tipo de peligros entre los que se encuentran los soldados y rebeldes de los dos bandos que luchan en esa guerra sin cuartel. Será el momento en el que aflorarán los sentimientos y donde el gran Viggo Mortensen, que bien le queda la escopeta al hombro, hace una recapitulación retrospectiva de todos los hechos acaecidos en su vida y los pone en conocimiento de un compañero accidental en su viaje a la ciudad de Tinguit que es una especie de Meca donde se expiarán todos los pecados tanto de él como de su acompañante.

En el viaje con unas magníficas vistas de Argelia del genial Guillaume Deffontaines los dos hombres conocerán en primera persona el conflicto tratando de escapar de todos los obstáculos que se ponen a su paso. Importa poco quien tenga razón, si los rebeldes árabes defendiendo el nacionalismo o los colonos franceses, lo que verdaderamente tienen valor son las vidas de las personas, algunas de las cuales son arrebatadas de manera cruel por uno y otro bando.

El contraste entre las dos culturas, la árabe y la occidental se demuestra no solo en los dos personajes principales sino también en los símbolos de los que hace gala el film. Daru, el maestro que da clases en la escuela a los niños de la zona, vive en una meseta al contrario que los árabes que habitan en el desierto y las montañas. Al contrario de lo que podemos pensar serán los occidentales los que hagan gala de una mayor irracionalidad sobretodo representada en el ejército francés que mata sin compasión a los enemigos rendidos alegando órdenes de un mando superior. Viggo Mortensen se atreve a enfrentarse a los que él considera más civilizados dándose cuenta de que lo mejor es mantener una postura neutral. Esto le salvará la vida a él y a quien ha jurado a si mismo proteger y guiar hasta su destino.

La presencia femenina en Lejos de los hombres es secundaria quizás resaltando el valor que la mujer tiene en la comunidad islámica, siempre a la sombra del hombre. Es por ello que aquí es vista simplemente como maestra en temas sexuales cuando los dos personajes visitan un burdel en la ciudad de nacimiento de Daru.

Lejos de los hombres es un western de aventuras localizado en Argelia donde el honor, el orgullo y la supervivencia pueden sobre todo lo demás. Un western sobre un pistolero y su acompañante que andando por el desierto parten en busca de una ciudad. Si estuviéramos en el año 2017, fecha anunciada de estreno de la primera de las películas de La torre oscura estaríamos hablando de la maravillosa saga salida de la mente de Stephen King. Pero que va, ni Daru es Roland ni Mohammed es ninguno de los amigos del ka-tet del pistolero. Para eso todavía habrá que esperar.

Lo que no son espejismos en ese desierto son los tres premios que ha conseguido en Venecia, ni las buenas críticas que ha recibido en certámenes como Toronto o Tribeca. Totalmente merecidos porque la historia engancha y no aburre y porque se mantiene fiel al relato en el que está basado.