¿Todavía sin decidir dónde pasar las vacaciones? Aquí tienes un destino nacional con sabor marinero, ideal para improvisar y donde, además, no te derretirás de calor. Motivos más que suficientes para poner rumbo a este rincón donde coquetear sin cesar con el mar Cantábrico, solo tienes que elegir cómo te gusta más hacerlo si entregándole tu cuerpo en la playa, guiñándole un ojo desde las alturas o acariciándolo a bordo de alguna embarcación. Aquí tienes varias ideas para descubrir juntos no sólo qué ver en Lekeitio, sino también para empezar un idilio con el Cantábrico que nunca olvidarás.
Entre las gigantescas ciudades de Bilbao y San Sebastián, esta pequeña villa pesquera de Vizcaya te espera con los brazos abiertos para que descubras su glorioso pasado, te enamores de la hospitalidad de sus gentes y te enganches a la belleza salvaje de su costa cantábrica. Tanto si dispones sólo de un fin de semana, como si tienes la suerte de contar con una semana o una quincena de vacaciones, este rincón no te defraudará porque son muchas las cosas que ver en Lekeitio.
Camina sobre las aguas
¿Imaginas poder caminar sobre el mar hasta alcanzar una isla? En este rincón de la costa vizcaína es posible llegar andando hasta la Isla de Garraitz, conocida también como San Nicolás, siempre y cuando tengas en cuenta el horario de las mareas, ya que la bajamar deja al descubierto un espigón que facilita el acceso a pie como si de una pasarela se tratara.
Hoy esta isla, situada justo enfrente de la playa de Isuntxa, no es más que un peñón cubierto de pinos y matorrales que ofrece unas bellas vistas de Lekeitio pero, hace siglos, era el lugar donde los monjes cuidaban a los enfermos de lepra para evitar contagios. Ojo, no te entretengas demasiado explorando la isla, recuerda que si sube la marea te quedarás allí atrapada.
Callejea por su casco antiguo
El atractivo de Lekeitio no está solo junto al mar, sino también en sus callejuelas salpicadas de palacios y torres que dan fe del glorioso pasado de esta villa que, durante el S.XIX, acogió a reyes y aristócratas europeos que venían aquí a veranear. Pero entre tantos edificios con escudos señoriales, también encontrarás antiguas casas de pescadores, especialmente en la calle Arranegi que transcurre paralela al puerto. El mejor modo de no dejarte nada, y acercarte además a sus historia, es alquilar una audioguía por sólo 3 € en la oficina de Turismo, situada en la Plaza de la Independencia. Ve atento durante el paseo para descubrir también los restos de muralla medieval que aún se mantienen en pie.
Por supuesto, no te olvides de la joya de la corona, la basílica de la Asunción de Santa María cuya imponente silueta, que recuerda a la catedral de Palma de Mallorca, parece vigilar con atención el puerto. La belleza de su fachada de estilo gótico tardío hipnotiza a quien le dedica una mirada, pero aún hechiza más el interior, donde destaca su imponente retablo gótico-flamenco de madera policromada que rivaliza con otros tan importantes como el de la catedral de Sevilla o el de la de Toledo.
Relájate en sus playas
Ponte tu mejor bikini y prepárate para desconectar en una agradable jornada de verano bañándote en el mar Cantábrico, en la coqueta playa Isuntxa, ubicada en el centro. Al estar situada en plena bahía, sus aguas son muy tranquilas lo que la convierte en ideal para los más pequeños. Además, Isuntxa cuenta con duchas de agua dulce y es accesible para personas con movilidad reducida. Cuando la marea baja, puedes cruzar andando la desembocadura del río Lea y llegar hasta Karraspio, la playa vecina que pertenece a la localidad de Mendetxa.
Si quieres cambiar de vistas, coge el coche y sigue la costa hasta llegar la playa de Laga para dejarte sorprender por su belleza intacta. En este bonito arenal dorado, escoltado por el cabo de Ogoño y en plena Reserva de la Biosfera de Urdabai, es fácil encontrar surferos conviviendo con bañistas. Si vas a pasar allí el día, ten en cuenta que el único servicio que hay es un restaurante así que o reservas con antelación o llévate la ensaladilla lista para comer.
Descubre su esencia marinera
El pequeño puerto de Lekeitio es para saborearlo sin prisas y admirarlo desde distintos ángulos y a distintas horas del día. Sólo así podrás sacarle todo el jugo a este lugar donde, hace siglos, paraban los cazadores de ballenas. Hoy, todavía se respira su esencia marinera, seña de identidad de esta villa, y a ello contribuyen las pequeñas embarcaciones pesqueras que siguen surtiendo de género fresco a las mujeres que luego venden este pescado en el mismo puerto. Te recomendamos sentarte a tomar algo en una de las múltiples terrazas que hay a lo largo del paseo. Si no sabes cuál elegir, déjate guiar, por ejemplo, por el sabroso olor a chipirón a la plancha que te llevará seguro a un buen destino.
Desde el puerto, también podrás ver salir o llegar a las traineras. Este tradicional deporte goza aquí de buenos seguidores como demuestran los chicos del club de remo de Isuntza.
Aventura a bordo de un kayakLos más inquietos no se aburrirán porque Lekeitio tiene una amplia oferta de actividades para poner alguna dosis de aventura a tus vacaciones. Saca tu alma de marinero a pasear alquilando un kayak, bien sea para adentrarte en agua dulce por la desembocadura del río Lea o para navegar por el mar Cantábrico.
Si eliges esta última opción, merece la pena contratar una ruta guiada con los chicos de UR Urdabai porque aprenderás un montón de cosas interesantes con el monitor y, además de rodear la isla de Garraitz, os puede llevar hasta una pequeña cala escondida que, hace cientos de años, se usaba como cantera de piedra para ruedas de molino. A ver si tienes suerte y encuentras la rueda que aún hay varada en este rincón.
Otea el horizonte desde un faro
Desde el centro de Lekeitio, sale un agradable paseo costero que te lleva hasta el Faro Santa Catalina junto a la ermita del mismo nombre. Además de poder tomarte un café con unas vistas de lujo al mar, no te pierdas el interior del faro que acoge un centro de interpretación donde aprender, de un modo entretenido y didáctico, sobre la historia de la navegación. Si viajas con niños, ésta es una visita ideal ya que disfrutarán de lo lindo con el simulador que hace un recorrido virtual en barco que te llevará desde Lekeitio a Elantxobe. Si vas por la tarde, quédate hasta que caiga el sol porque desde ahí disfrutarás de un atardecer inolvidable.
Explora los alrededores
Si vas a estar unos cuantos días, aprovecha Lekeitio como base de operaciones para explorar los alrededores. Muy cerquita tienes pequeñas joyas como el pueblo de Elantxobe, una proeza arquitectónica construida entre dos acantilados, al abrigo del cabo Ogoño. Siguiendo esa misma costa, llegarás a la playa de Laida y a las marismas de la Reserva de la Biosfera de Urdabai, un lugar perfecto para el avistamiento de aves.
Muy cerca de allí, pero ya en el interior, encontrarás el Bosque de Oma, una creación del artista Agustín Ibarrola que pintó con colores y formas los troncos de los árboles. Deja tiempo de sobra para disfrutar con calma este mágico rincón teniendo en cuenta que para llegar hasta la entrada del bosque sólo podrás hacerlo andando y ya te llevará cerca de 45 minutos. La ruta sale desde las Cuevas de Santimamiñe, un importante yacimiento arqueológico con multitud de pinturas rupestres donde merece la pena perderse otro rato.
GUÍA PRÁCTICA
Dónde dormir
A menos de diez minutos andando de la playa y del bullicioso centro, se encuentra el bucólico Hotel Zubieta de Logis, rodeado de verdes pastos, suaves colinas y aromáticos eucaliptus. Este alojamiento de cuatro estrellas, ubicado en las antiguas caballerizas del Palacio Zubieta del S.XVII, es el lugar perfecto para desconectar, desayunar sin prisa al sol en su delicioso jardín o relajarse tomando algo junto a la chimenea de su salón interior. Aquí todo está orientado a que te sientas de lujo, tanto su encantador personal que se deshace en atenciones, como su cuidada decoración a la que no le falta detalle. Además, si eres de los que le gusta viajar con su bicicleta, o quieres alquilar una para hacer rutas por la zona, has de saber que este es un auténtico hotel bike friendly.
Qué comer
Que la gastronomía del norte de España es para chuparse los dedos no es ningún secreto, así que prepara el estómago para todas las viandas que te ofrece Lekeitio. Empieza, por ejemplo, con unas anchoas o con unos típicos txipis (chipirones) a la plancha como los que preparan en la taberna Erkiaga, en la esquina de Plaza de la Independencia. Sigue con las delicias que provee el mar y ríndete al potente sabor del bacalao al pil-pil acompañado, por supuesto, con un vino blanco txakoli. Para terminar, prueba el Goxua, el postre tradicional de la zona hecho a base de crema pastelera, nata y bizcocho.
Puedes conseguir mucha más información sobre qué ver en Lekeitio leyendo este maravilloso post del blog Objetivo Viajar.
Periodista de profesión, viajera por necesidad y escritora por vocación. Voy recolectando por el mundo emociones, ilusiones y recuerdos. Descubre más sobre mí y contacta conmigo