Ayer vi con absoluta fascinación las casi dos horas del documental Lemmy (2010), dirigido por Greg Olliver y Wes Orshoski, con una mezcla de asombro y, por que no decirlo, algo de desasosiego que me mantuvieron pendiente, como hipnotizado, mirando la pantalla. El documental nos muestra a Lemmy Kilmister (1945) en su vida diaria, sus giras, grabando tanto temas propios como colaboraciones, en su casa en Los Angeles y, en definitiva, una vida dedicada a la música y al rock and roll químicamente puro en su vertiente más salvaje. También repasa su trayectoria vital y musical, desde su comienzo como roadie de Jimmy Hendrix Experience en 1967, su paso por el grupo The Rockin’ Vickers, Hawkwind y finalmente en 1977 Motörhead con los que lleva ya 20 discos de estudios grabados.
Una cosa que no sabía y que me sorprendió es que Lemmy vio a los Beatles en 1961, cuando tenía 16 años, en The Cavern convirtiéndose a partir de entonces en un fan de la banda de Liverpool de la que piensa que es el grupo más importante del mundo. Si ya me caía bien en inglés ahora mucho más. La imagen que muestra el documental viendo a Lemmy comprando la discografía de los Beatles en mono en una tienda me ha encantado.
Lo del desasosiego que decía más arriba es porque a Lemmy se le ve bastante desgastado tanto física o como mentalmente y, tristemente, no creo que dure mucho más tiempo viendo el ritmo que lleva bebiendo constantemente bourbon con cola y fumando un cigarrillo detrás de otro, con 65 años, diabético y con la presión alta, no es lo mejor que puede hacer. También entristece un poco ver su adicción a las maquinas tragaperras y su soledad. En fin, es lo que ha escogido y debe llevar ya bastantes años así.
Un documental que recomiendo para ver en su salsa a una leyenda del heavy, respetado por multitud de músicos como se pone de manifiesto en las declaraciones que hacen en el documental diferentes músicos. En el cartel de más arriba se puede ver la lista de los que intervienen. Lo podéis ver – completo y sin cortes – en este enlace de Cuevana.
Un apunte personal para acabar. Yo vi a Motörhead dos veces, la primera en 1980 cuando la gira de Bomber (1979) cuando llevaban en el escenario un enorme avión hecho de tubos de metal que se abalanzaba encima del publico y la segunda solo un año después cuando la gira de Ace of Spades (1980). Nunca en mi vida he presenciado un concierto a un volumen tan ensordecedor como ese. Nunca. Era heavy, pero también era punk y era trash cuando aún no tenía ese nombre. Volumen brutal y rapidez de ejecución: una formula devastadora.
Para que veáis una muestra de como es una actuación suya os invito a que veáis el vídeo de más abajo con el tema Ace of Spades de una actuación de 2004. Brutal.