“Entonces Lena señaló mi brazo izquierdo.
¡Oye! –exclamó-. ¡¿Y ese tatuaje?! -¿Cuál? – “THE MOON IS A LIGHTBULB BREAKING”.
Puso un dedo encima de mi codo, donde las palabras se ensortijaban alrededor de una bombilla rota. Entonces se dio la vuelta y se levantó la camiseta. En la parte inferior de la espalda llevaba tatuado el mismo verso de Elliott Smith, el mismo cantautor muerto, al que era obvio que ambos admirábamos lo suficiente como para grabarnos sus palabras en el cuerpo.
–Somos iguales. – Sí, supongo que sí. – No pasa cada día que encuentres a alguien con el mismo tattoo que tú. Bueno, no tienen el mismo diseño ni nada de eso. Además, es el verso de una canción, y no un tatuaje idiota que lleva todo el mundo creyendo que es muy provocador.”
Los mejores años de Karl parecen lejos. En su día tocó con una banda de culto de indie-rock, pero hoy ve pasar la vida desde sus cuarenta años y desde detrás de la barra de su pub. Cuando descubre un agujero de gusano en el armario de su habitación que le permite viajar en el tiempo, de repente ni la edad ni el tiempo importan. Decide, con un amigo, montar el negocio definitivo: los clientes podrán viajar al pasado para ver su concierto favorito.Mo Daviau nació en Fresno, California, y se graduó en el Smith College y en el Programa de Escritura Helen Zell de la Universidad de Michigan.
Hasta que un día, Karl envía por error a su amigo al año 980 en lugar de a 1980… y no puede traerlo de vuelta. Para rescatarlo, Karl contacta con Lena, una astrofísica que siempre viste camisetas de grupos. Con ella volverá a los mejores conciertos de su vida, y descubrirá que por mucho que cambie el pasado, y aunque lo ponga patas arriba, su futuro parece empeñado en acercarle a Lena. ¿Pueden todos tus yos pasados confabular para reunirte con tu alma gemela?
Ha sido bibliotecaria, librera y DJ en la radio de la facultad. Suele participar en shows de monólogos narrativos y ayuda a víctimas de abuso psicológico.
Mo viajaría en el tiempo para ver el concierto de R.E.M. en Atenas en 1980, o aquella actuación en 1969 en la que Tina Turner y Janis Joplin cantaron juntas en el Madison Square Garden como invitadas a un concierto de los Rolling Stones. "Lena y Karl" (“Every anxious wave”) es su primera novela.
¿De qué va la novela?
La novela va de viajes en el tiempo, de agujeros de gusano, de túneles temporales que conectan pasado presente y futuro. Sus tres personajes principales Lena, Karl Bender y Wayne tienen en la actualidad (en el 2010) una vida insustancial, son personajes heridos que esconden sus cicatrices, que buscan cada cual a su manera el sentido a su existencia. Pero a los tres les une su pasión por la música rock.
Era una chica que llevaba su sufrimiento como si fuera un tatuaje reciente. . .
Karl, con sus ya cuarenta tacos, vive añorando su pasado como músico ochentero del grupo indie-rock “The Axis”. Un día, buscando un zapato en su armario, cae en picado a través de un agujero en el suelo, aterrizando en un concierto en el que ya había estado tres meses antes. Y se ve a sí mismo en la barra, se mira de arriba abajo, se analiza y lo que ve no le gusta, le parece detestable. Una llamada de móvil le devuelve al presente.
Un agujero de gusano en un armario, algo que desafía todo lo que los físicos saben sobre el tiempo y el espacio”
Emocionado, y sin tener muy claro lo que le ha pasado, se lo cuenta a su mejor amigo y experto informático Wayne, la única persona capaz de comprender algo así y de programar una aplicación para el ordenador y para el teléfono móvil que les permita elegir donde, cuando aterrizar y cuando regresar.
Te hablo de un agujero de gusano real. Un portal al pasado. Una autopista, si lo prefieres, para ver los conciertos de rock de antaño.
Ambos deciden asociarse y convertirlo en un negocio, explotarlo al máximo: viajes al pasado por un módico precio, con regreso asegurado, pero con unas cuantas reglas de obligado cumplimiento:
Regla número uno de la casa: el agujero de gusano solo se podía utilizar para asistir a conciertos de rock. Eso garantizaba una experiencia pura y evitaba la tentación de hacer trampas para lograr una vida mejor. Otras reglas de la casa: no traer souvenirs. No hablar con nadie del pasado. No tocar nada. No beber ni drogarse. No hacer fotografías ni grabaciones de audio. No quedarse en el pasado más tiempo del que dure el concierto. No salir del local a dar una vuelta u cuando el concierto se termina, debes volver a casa.
Todo iba bien, conciertos y más conciertos. . . (The Cure 1989 Estadio New Jersey, Elvis Costello 1991 NYC, Sex Pistols 1977 , Bruce Springsteen 1975 Stone Pony), hasta que un día algo falla y Wayne queda atrapado en el año 980 sin poder volver. Karl no sabe qué hacer y busca ayuda contratando a Lena, una astrofísica peculiar con varios tatuajes (entre ellos uno igual que el suyo) de la que se enamora instantáneamente. Porque si dos personas han elegido la misma frase para su tatoo, algo tiene que significar ¿no?
Lena Geduldig, una chica que disimulaba su enorme cerebro tras un pelo recogido en dos coletas con ojos marrón oscuro y gafas a lo Buddy Holly, de unos treinta años. Me gustaba pensar que Lena y yo compartíamos una conexión cósmica y que el objetivo último del agujero de gusano era unirnos.
La vida de Lena y Karl pasa a ser un continuo “de allá para acá” “de acá para allá”, experimentando, viajando, intentando averiguar la manera de hacer regresar a su amigo al presente. Pero resulta que Wayne no quiere volver, porque está muy a gusto allí donde está y parece que al fin ha encontrado su lugar en el mundo, su verdadera familia, la vida que de verdad quiere vivir.
Y al final pasa lo que tenía que pasar cuando alguien consigue una herramienta tan poderosa, pasa que se rompen las reglas (al fin y al cabo para eso están, para romperlas, ¿no?) que se intenta modificar el pasado y se pretende averiguar el futuro y todo se lía, se altera, se modifica.
He aquí por qué es preferible no hablar con nadie cuando viajas al pasado, Lena. Porque cambias el futuro, te entrometes en el ahora y eso es un marrón.
Este es mi primer Bookish. Llevaba tiempo dándole vueltas, con ganas y al fin me he suscrito. La mayoría de vosotr@s ya sabéis lo que es: una cajita sorpresa mensual por suscripción que además de un libro de actualidad, contiene más cositas como complemento para la lectura. La verdad es que se lo curran mucho, me ha sorprendido bastante. Esta vez, en la cajita literaria número 31 de junio venía con: “Lena y Karl”, un mapa de experiencia que me ha encantado con detalles sobre el libro, detalles sobre la autora y consejos para la lectura (como la lista de spotify con la banda sonora de la novela, es decir, con los temas o grupos que se nombran) y una ilustración del diseñador Fran Velasco (@efless) y un sobrecito con Peta Zetas (lo que menos me ha gustado, la verdad)
Quizás alguien se pregunte porqué trabajando como trabajo en una biblioteca pública y teniendo a mi disposición tantos y tantos libros, he decidido hacer algo así. Pues muy fácil, os lo explico: los que me leéis y me conocéis un poco, ya sabéis que me cuesta salir de mi zona de confort, de mi género preferido (thrillers, novela negra) porque al final siempre tiramos hacia lo mismo, hacia las lecturas que nos hacen sentir bien, que sabes casi con total certeza que te van a gustar. Y encima yo que soy de las que a la primera de cambio abandono…, pues así me obligo un poco. Me obligo a leer cosas distintas, cosas que en un principio nunca hubiera elegido por mí misma y me obligo a no abandonar rápido, a tener paciencia. Porque sé que cuando lo hago, suelo quedar satisfecha y agradecida por haber descubierto buenas lecturas, lecturas que me han hecho disfrutar. Y eso me ha ocurrido con “Lena y Karl”.
No soy muy experta en música rock-indie de los ochenta-noventa (aunque me encanta la música, mi música). Y eso, unido al otro dato clave de la sinopsis que se lee en la novela “agujero de gusano”, no tengo claro que habría pasado si me hubiera topado con ella en la biblioteca: igual podría haberla desestimado con lo cual me habría perdido una gran novela, o igual no, aunque solo sea por esa editorial que tanto me gusta (Blackie Books, la de la perrita "Blackie") porque suelen publicar libros muy especiales.
¿Qué me ha parecido? ¿Me ha gustado?
Sí, me ha resultado una novela curiosa, bien escrita, peculiar, distinta, que he devorado rápido. Una novela con la que he disfrutado mucho y que me ha dejado un buen sabor de boca y con la sensación de acierto por parte de Bookish, de un buen comienzo con ellos.
También me ha gustado mucho la prosa de la autora, ni demasiado sencilla ni demasiado rebuscada, y la pareja que conforman Lena y Karl en principio tan diferentes entre sí, pero siempre unidos por la música, en el pasado, en el presente y en el futuro.
El argumento me ha hecho pensar mucho, ponerme en el lugar de Karl, de Lena, de Wayne, tan feliz él en el año 980. Y les he comprendido cien por cien. Porque si a mí se me brindara la opción de viajar a un concierto del pasado, solo uno, lo tengo claro, sería para ver a mi querido Freddie Mercury en el Live Aid 1985 (Londres). Sería una pasada vivir algo así.
Pero mi imaginación ha volado más aún y me he preguntado también a que momentos felices de mi pasado volvería, aunque solo fuera como externa expectadora de mi propia felicidad. Y lo tengo claro . . ., os lo voy a confesar, volvería a uno de tantos momentos vividos junto a mi madre, porque sería genial verla de nuevo, sentirla cerca de nuevo en sus mejores momentos, poder hablar con ella o tan solo escucharla. Ufff, se me saltan las lágrimas solo de pensarlo. ¿Os imagináis que algo así fuera posible?
Y no me enrollo más. Lo dicho, si tenéis la oportunidad de leer este libro, hacedlo, parad el tiempo, disfrutad de la historia y dejaos llevar, eso sí, siempre y cuando no os asusten los agujeros de gusano, los viajes temporales, los asteroides que producen cataclismos y destruyen el mundo, no os arrepentiréis porque. . .
Resumiendo: “Lena y Karl” es un verdadero homenaje a la música rock, al mundo de los conciertos y la música en directo. Una novela fresca, con una historia que toca temas como la amistad, las relaciones padres-hijos, los traumas del pasado que nos gustaría borrar, la falta de autoestima. En definitiva, una historia que viene cargadita de amor, de ciencia ficción y que viene a decirnos que al final todo (pasado presente y futuro) está conectado.
“Si pudieras viajar al pasado y ver a un grupo en directo, ¿Cuál escogerías?”
“Hay que ser muy idiota para no escuchar a tu yo futuro”
“Generalmente, lo que anhelamos no es lo que realmente necesitamos”
“A veces un corazón se tiene que romper para poder curarse”
Mi nota, la máxima: