Lendakaris Muertos: "Ya no somos peligrosos... Bueno, sí y no"

Podrán cortar la droga pero no la primavera es el nuevo disco de Lendakaris Muertos. El octavo de una andadura musical iniciada en Pamplona en 2004 y a la que desde el primer instante le acompaña un tremendo ruido a su alrededor, no solo por su afiladas canciones punk, sino también por sus aún más afiladas, desconcertantes y provocadoras letras rebosantes de ironía.

Canciones ya clásicas como Veteranos de la kale borroka, ETA deja alguna discoteca, Gora España, El problema vasco, Oso Panda o Arnaldo Schwarzenegger, a las que ahora se suman otra decena con títulos como El 4K se llevó a mi chica (homenaje claro a sus queridos Ramones), Speederman, Lamentablet, Odio los partidos (adaptación de otro tema de Gatillazo) o Último resort.

"Al final siempre hablamos de lo mismo. Terrorismo, el problema vasco, cuestiones sociales, el vicio con la tecnología, cada vez más sexo...", admite a Mercadeo Pop el vocalista Aitor Ibarretxe, quien destaca que lo hacen con sentido del humor y "mucha ironía". Y añade que el "efecto sorpresa" que consiguieron con su debut les ayudó mucho a encontrar a su público. "Pero ya no somos peligrosos... Bueno, sí y no", apostilla con media sonrisa.

En cualquier caso, remarca Ibarretxe que aunque hablen "de lo mismo", la gente siempre les pide canciones nuevas: "Nos gusta que nos pidan las clásicas pero también de los últimos discos, que además siempre los defendemos mucho en directo. Y la gente se las sabe. Y eso es muy positivo para un grupo".

Tras recalcar que ellos no hacen "apología del terrorismo", añade el vocalista que sí que han recibido presiones en el pasado, como ciertos colectivos mandando "cartas a las salas" donde iban a tocar. "Llegaban cartas súper serias con membrete que al final son amenazas veladas diciendo que les va a ir muy mal si tocamos en su sala", señala.

Y agrega a este respecto que recibir este tipo de misivas es algo que "a mucha gente le puede echar para atrás", al tiempo que destaca que en su caso "no hay base legal" para denunciarles porque, además, "de lo contrario ya lo habrían intentado".

"Las letras quizás están un poco al límite", concede el bajista Jokin Garaikoetxea, quien recuerda que tuvieron detrás durante una temporada a la Asociación de Víctimas del Terrorismo "pero no consiguieron nada". Y retoma en este punto la palabra Aitor para zanjar: "Hay maneras de decir las cosas. Si hay censura, te la saltas como ha hecho todo el mundo siempre".

Aunque en esta nueva entrega de Lendakaris Muertos hay canciones sobre temas diversos como las nuevas tecnologías -"que son un coñazo", según coinciden Jokin y Aitor-, e incluso alegatos contra el negocio del fútbol y contra los abusos sexuales a mujeres, las letras sobre ETA terminan siempre apareciendo en el cancionero de la banda navarra.

"Cuando iba al instituto estaba todo el día el tema de ETA y al final forma parte de tu imaginario. Y los nombres de los etarras más famosos eran no como mitos, pero sí algo que estaba flotando ahí y que al final termina formando parte de la cultura popular. Siempre vamos a hacer canciones sobre ETA porque da mucho juego, la verdad", reflexiona Aitor.

A este respecto, destaca que ETA, en cualquier caso, "parece un asunto del pasado porque ahora están los catalanes para que el Gobierno pueda tapar otras cosas". "ETA se va a quedar como ha pasado en Estados Unidos con Charles Manson y los asesinos en serie, como algo que ya es cultural", plantea, para acto seguido apostillar: "Puedes llamarlo cultura popular o cultura basura, pero eso queda ahí".

SONIDO RENOVADO

Para este octavo álbum, compuesto y grabado durante la gira que hicieron el pasado verano por California, México, Colombia, Chile y Argentina, Lendakaris Muertos han abierto su sonido hacia universos más melódicos, aunque sin perder sus señas de identidad. En palabras de Aitor: "Sí que suena más melódico algo pero lo hicimos porque algunas canciones salieron así y no nos quisimos censurar. El resto suena totalmente a nosotros".

Sobre este asunto, señala Jokin que temas como El 4K se llevó a mi chica tiene "algún arreglillo distinto pero en realidad no es para tanto". Por eso, tras un instante de silencio, lanza una declaración de intenciones bien clara: "Hacemos lo que nos da la gana y ya está, porque si haces siempre lo mismo te critican porque haces siempre lo mismo, y si cambias alguna chorradilla, te dicen que has cambiado".

VUELTA A LA CARRETERA

La guinda a este nuevo álbum, con el que la banda está deseando volver a la carretera, la pone el DVD grabado en su último concierto en Madrid el pasado mes de marzo ante 1.200 fans. "Se quedaron otros 200 en la calle", subraya Jokin, quien añade que les apeteció grabarlo porque sienten que el grupo está "en un buen momento".

Con este nuevo lanzamiento ya disponible, la banda regresó oficialmente a los escenarios en diciembre. Con la gira en marcha ya en 2018, sus próximas citas serán en Zaragoza (16 de febrero, Teatro de Las Esquinas), Bilbao (23 de febrero, Kafe Antzokia) y Valladolid (24 de febrero, Lava). Y después, muchas más fechas.

"Queremos seguir expandiéndonos y creciendo, este año hemos tocando en Londres y Berlín", apunta Jokin, quien además está seguro de que "cada vez va a haber más y más ideas para sacar canciones nuevas" en el futuro, puesto que, en su opinión, como sociedad estamos "fatal".
"Eso siempre ha sido así", tercia Aitor, antes de terminar: "Ideas no nos van a faltar nunca. Si eres una persona crítica siempre vas a ver el lado negativo de las cosas, pero en la vida también hay cosas muy chulas. Eso sí, nuestro deber como grupo es criticar. Con ironía, claro".