Se puede hablar de trauma en el idioma que se hablaba- es decir, en el idioma en que se era- en el momento del evento traumático? Pienso en Elie Wiesel quien, antes de Auschwitz, dominaba varios idiomas. Después de Auschwitz, dedicó un año a estudiar otra lengua, el francés, y en ella escribió su obra como desafío: “Quería demostrar que había entrado en una nueva época, probarme a mí mismo que estaba vivo, que había sobrevivido. Quería seguir siendo el mismo, pero dentro de otro paisaje”. Pienso: para narrar lo indecible Wiesel quería sobre todo desestabilizar la naturalidad con que hablaba las otras lenguas.
Pienso también en Olga Bernal, quien también cambió de paisaje lingüístico, posiblemente por las mismas razones. Primero pasó del checo al francés para escribir su obra crítica, y al final de su vida, cuando por alguna razón se sintió llamada a dar testimonio del trauma de los campos, volvió a cambiar: el francés se le había vuelto demasiado familiar.
O mejor dicho, cambió de modo de expresión: dejó la literatura por la escultura.
Sylvia Molloy
Vivir entre lenguas
Editorial: Eterna Cadencia
Foto: Elie Wiesel