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Leni en NY: Videojuegos en el MOMA

Publicado el 17 octubre 2013 por 99redpotions @99RedPotions
Pues estuve en Nueva York hace relativamente poco, y de entre todas las cosas interesantes que hice, unas poquitas entran de refilón en la temática de este nuestro querido blog. ¿Quien me iba a decir a mí que me iba a encontrar una exposición dedicada a los videojuegos en el MOMA (Museum of Modern Art)? Pues ahí estaba. Y oye, mejor de lo que esperaba.
Leni en NY: Videojuegos en el MOMA
Os voy a ser sincero: Cuando me enteré la exposición, me dije a mí mismo "verás que mierdón, la habrán montado sin saber, a ver con qué me encuentro". Ya sabéis, ese sentimiento de orgullo tonto que tenemos los aficionados a los videojuegos que nos inclina a pensar que los demás no tienen ni idea, porque "el jugar" es nuestro, y solo nuestro. Esa vocecita interior que dice "mira que casuals, que les gustan los juegos facilones", y nos hace sentir mejor con nosotros mismos por morir quince mil veces en un salto imposible de un plataformas de hace quince años. Pues no podría haber estado más equivocado. Parece que la exposición se montó con una idea bastante clara de lo que son los videojuegos.
El primer acierto de la exposición fue la planta en la que estaba. Como cualquier museo, el MOMA se organiza en secciones, que a su vez se dividen en salas más o menos temáticas. La exposición dedicada al videojuego se encontraba en la zona dedicada al diseño aplicado. Es decir, estaba rodeado de obras de arte cuya principal razón de ser iba más allá del mero hecho de serlo. Vamos, que servían para algo más que para ser observadas. Los juegos compartían piso con sillas, utensilios de cocina y diversos artilugios de la vida moderna, que el museo ha decidido catalogar como arte porque, aparte de cumplir su función básica (tostar pan, cortar cosas, quitarnos horas de vida...) tienen "algo más". ¿No es exactamente eso un videojuego?¿No es algo cuya principal misión es entretenernos, pero que, a veces, consigue algo más que eso? Parece mentira que la esencia de un videojuego tenga cosas en común con, por ejemplo, un mueble de diseño, pero lo cierto es que a ambos les define esa dualidad de "cosa que se usa"  y "cosa que se disfruta".

Leni en NY: Videojuegos en el MOMA

Another World, listo para ser disfrutado por todo el mundo.


Otro acierto: la presentación de los juegos. Estamos muy acostumbrados a que alrededor de los videojuegos haya muchísima parafernalia: Trailers, avances, anuncios, carteles gigantes, azafatas con poca ropa...el marketing y el ruido son, cada vez más, elementos constantes de este mundillo, y a veces nos hacen perder la perspectiva de que lo que realmente importa, es la experiencia que te da el propio juego. Da igual lo que se mueva alrededor, lo importante está dentro de la pantalla, y se disfruta con un mando en las manos. La disposición de los distintos juegos era simple: Fondo negro, una pantalla, un mando, y unos auriculares. Coge el mando; juega: disfruta. Cerca de la pantalla, un texto breve dando algunos datos del videojuego en cuestión, como se hace normalmente con los cuadros. Una especie de justificación de "por qué está esto aquí, en el MOMA, con las movidas de arte contemporáneo", a la vez que servía de introducción a los menos expertos en el tema.

Leni en NY: Videojuegos en el MOMA

Dwarf Fortress


Los juegos más complejos o largos de jugar no tenían mandos, y en su lugar podía verse una especie de explicación en video sobre el juego en cuestión. Dwarf Fortress, Los Sims o Sim City eran representados de esta forma, y se explicaba con detalle la complejidad de su diseño y las consecuencias jugables del mismo. Aquí se hacía más hincapié en la evolución de un juego por parte del jugador basado en unas reglas establecidas pero complejas y profundas. Por ejemplo, hablaban del micro universo generado alrededor de Eve Online, donde existe un sistema económico muy complejo creado como consecuencia de la interacción de los propios jugadores. Tenían también una especie de mapa de puntos que representaba la actividad por zonas de la galaxia del mismo juego y, curiosamente, era la mar de bonito.

Leni en NY: Videojuegos en el MOMA

Eve Online


Pero sin duda alguna, lo más interesante de la exposición era, como no podía ser de otra forma, los juegos escogidos. Podrían haber tirado de clásicos típicos perfectamente, y mostrar a los iconos más reconocidos del mundillo. Podrían haber puesto a Mario, Megaman, Sonic, y un largo etcétera que todos conocemos. También podían haber tirado a lo indie gafapastil y llenar la planta de juegos con un acabado artístico más definido, más tendenciosos... algo más acorde con lo que se espera de un museo, y con la definición más estándar de arte. Sin embargo, cada juego parece estar escogido por un motivo sólido, bien argumentado y que no admite debates. Está claro que cada uno elegiríamos juegos distintos para una exposición, pero los que estaban en la tercera planta del MOMA estaban puestos por razones sólidas. 
Me sorprendio bastante la variedad de la muestra: Desde juegos clásicos como Tetris o Pac-Man, pasando por clásicos como Another World, Sim City, y no tan clásicos como el ya mencionado Dwarf Fortress, Myst o Katamari Damacy, hasta llegar a juegos como The Sims, Portal y Canabalt. Una gran variedad que compartía pocas cosas en común en cuanto a género, época y gráficos, pero que coincidía en algo básico: la calidad de su diseño, y su capacidad de trascender más allá debido justamente a eso. 

Leni en NY: Videojuegos en el MOMA

Vista general de la zona. Lo de la derecha es un mural de Sim City

Fue muy curioso ver cómo la gente se enfrentaba a los videojuegos en un ambiente distinto de lo normal: señoras jugando y picándose con Canabalt, disfrutando de los paisajes de Myst, gente completamente atenta a la explicación que se daba sobre Dwarf Fortress, preguntándose por vez primera si eso de los videojuegos era tan tontería como ellos creían...una experiencia interesante, en definitiva, y un acierto por parte del museo, que consigue con esta exposición el propósito básico de todo museo: acercar el arte a gente que no lo conoce...incluso si el arte, como en este caso, tiene forma de videojuego.

Leni en NY: Videojuegos en el MOMA

La puntuación no es mía, que os conozco.



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