Revista Cultura y Ocio

Leopoldo Marechal, Antígona Vélez. Fragmento seleccionado

Publicado el 20 octubre 2011 por Adriagrelo

LeopoldoMarechal: Antígona Vélez
Antígona– El hombre que ahora me condena es duro porque tiene razón. Él quiere ganareste desierto para las novilladas gordas y los trigos maduros; para que elhombre y la mujer, un día, puedan dormir aquí sus noches enteras; para que losniños jueguen sin sobresalto en la llanura. ¡Y eso es cubrir de flores eldesierto! (Mira, desolada, su atuendovaronil). Ahora me viste de hombre y está ensillando su mejor alazán, y meprepara esta muerte fácil.
Mujeres- ¡Niña es tu verdugo!
Antígona- ¡No! Todo lo ha ordenado él así porque anda sabiendo.
Mujer1º - ¿Qué sabe, para ordenar una muerte sin culpa?
Antígona- ¡Él quiere poblar de flores el sur! Y sabe que Antígona Vélez, muerta en unalazán ensangrentado, podría ser la primera flor del jardín que busca. Eso eslo que anda sabiendo él, y lo que yo supe anoche, cuando le tiré a Ignacio Vélezla última palada de tierra y subí cantando a esta loma. ¡Era la piedad, ytambién el orgullo de los Vélez! Mi padre murió en la costa del Salado, y fuesu orgullo el que midió veinte sables contra doscientas lanzas indias. ¡Ayer, ala medianoche, lo supe y canté! Oigan mujeres: yo debí morir anoche. Si yohubiese muerto anoche, mi padre hubiera salido a recibirme, allá, en el bajo:él y sus veinte sables rotos. ¡Ahora no saldrá! 
Lectura y selección: Mara Unía

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