Revista Cultura y Ocio
Mientras que muchos ciudadanos estaban pendientes de lo que acontecía en el estadio londinense de Wembley, en el Palau de les Arts tenía lugar la inauguración del cuarto Festival del Mediterráneo con la ópera Tosca de Puccini, a pesar de eso no hubo grandes deserciones y el aspecto que ofrecía el teatro era magnífico. La propuesta artística esta vez, exceptuando la presencia de Bryn Terfel como Scarpia,de Marcelo Álvarez como Cavaradossi y considerando a Zubin Mehta como de la casa, no ha sido muy ambiciosa, mucho menos arriesgada; y es que la dirección escénica de Jean-Louis Grinda es de lo más light que se ha visto en este teatro en su corta existencia. Al menos no molesta y sirve para que el drama se desarrolle con normalidad, dirán algunos, y es cierto, pero yo prefiero algo más de ambición, provocación o riesgo, y más en una ópera como Tosca que todos los aficionados nos la sabemos de memoria. En principio se anunció que de la dirección escénica se encargaría Lluis Pasqual, no sé el motivo por el que se produjo su cambio por Grinda, pero me pregunto si fue por cuestiones presupuestarias ya que que viendo los elementos sobre el escenario, lo mínimo de lo mínimo, más barato es imposible. Me gustaría saber cuánto le cuesta a Helga esta producción en comparación, por ejemplo, con lo que costó la de Fidelio, que se repondrá en esta misma edición del Festival del Mediterráneo (el emparejamiento Tosca-Fidelio me parece muy oportuno, además considero que la vigencia de ambas óperas no ha decaído desde el mismo día de su estreno); por lo tanto estamos ante una producción baratista, algo que está muy bien en época de crisis, sobre todo si se tienen a cantantes como Terfel sobre el escenario. Así pareció juzgarlo el público de Les Arts que esta vez no abucheó la dirección escénica. Entre lo que más me gustó de la propuesta de Grinda se encuentran las proyecciones cinematográficas al inicio de cada acto; la solución, también cinematográfica, dada al escénicamente complicado suicidio de Tosca; la presencia de un grandísimo plano de Roma en la habitación de Scarpia en el Palacio Farnesio que dio su juego cuando se anuncia la pérdida de la batalla frente a Bonaparte, del vistoso ángel que culmina el Castel San'Angelo, lugar en el que transcurre el último acto; y el recurso a la proyección de alguna obra pictórica como un rapto lleno de sensualidad y erotismo, muy oportuno durante el enfrentamiento entre Tosca y Scarpia, me vais a perdonar la ignorancia pero desconozco tanto el título como el autor de la imagen.
Mehta ofrece una Tosca de tiempos ajustados, nada morosos, sin grandes genialidades más que la propia de que el pulso musical no decaiga desde que alza su batuta hasta el final. Un amigo, muy indignado, me comentaba al salir que la orquesta había cometido grandes pifias, la verdad es que si lo hizo, salvo algún que otro desajuste puntual, no me di cuenta. Oksana Dyka se estrenó en Les Arts cantando con éxito el papel de Cio-Cio-San bajo la genial dirección del que será justamente añorado Lorin Maazel, yo pensaba que, dado que el momento en el que más me había gustado había sido en el último acto de Butterfly, iba a ser una Tosca aceptable, esta vez no me lo ha parecido, tras un correcto primer acto fue empeorando progresivamente y pareció llegar al último acto fatigada; su momento de especial lucimiento, el aria "Vissi d'arte" careció de intensidad y magia, de clase y legato; si en lo musical fue mal, en la expresión dramática fue peor. Esperemos que en las próximas representaciones mejore. Marcelo Álvarez es un tenor que últimamente despierta grandes antipatías, por sus salidas de tono, por su divismo, por afrontar papeles no adecuados para su voz; pero hay que reconocer que tiene un timbre de voz cálido, atractivo y una dicción clara, hace un gran Cavaradossi al que sólo se le podría pedir mayor potencia, sobre todo al lado de una Tosca tan poco dada al matiz y al uso de la media voz como Dyka. El Scarpia del bajo-barítono Bryn Terfel fue magnífico tanto en lo vocal como en lo escénico, era la primera vez que escuchaba al cantante galés en directo y no me ha defraudado. Del resto del elenco vocal destacar el sacristán de Fabio Previati que, afortunadamente, no abusó de recursos bufos con los que habitualmente se adorna este personaje. Gusto múcho también el bajo Mika Kares como Angelotti, personalmente no aprecié nada que fuera más allá de lo correcto.
Al finalizar la representación Zubin Mehta anunciaba que el Manchester había perdido en Wembley frente al Barcelona, noticia que fue acogida por el público con muestras de alegría.