Revista Cine

Lesbianismo y cine: una relación plagada de tabús

Publicado el 01 abril 2015 por Albertoiglesiasfraga @revistaroulette

El lesbianismo es uno de esos temas que se ha mantenido siempre bajo una serie de tabús conforme la humanidad escribe su historia. El lesbianismo es la atracción sexual entre mujeres, el cual ha encontrado cabida en diversas manifestaciones culturales del mundo (unos ocultos, otros censurados y otros permitidos) con el afán de lograr una aceptación mediante la naturalización del discurso. Como toda ideología, el lesbianismo tiene una serie de metas a alcanzar y unas causas por las cuales luchar dentro de la sociedad y a diferencia del feminismo, una corriente íntimamente relacionada con el lesbianismo, el cual se enfoca en abordar el sexismo y la manera en que se vive en una sociedad patriarcal, este intenta criticar el sexismo y, más fuertemente, la opresión por parte de la heterosexualidad; es decir, las implicaciones psicológicas, sociales, económicas y políticas de la opresión masculina y heterosexual sobre ellas.

Sin embargo, el lesbianismo aparece como un concepto amplio que envuelve una definición muy general y, así como en otras corrientes sociales, también existen estratos de poder que entran en función al discurso central de la ideología. Así mismo, la naturaleza del discurso define tanto estereotipos como reglas que son obedecidas por consenso del grupo. Es así como, incluso, llega a presentarse una discriminación dentro del mismo círculo. El movimiento ideológico tuvo sus orígenes dentro de la clase media alta y blanca, lo cual provocó un desplazamiento de las mujeres de color y de clase baja que, si bien entraban dentro de la corriente ideológica, tenían un papel menos representativo e, incluso, disminuido fuertemente.

Aún así, con forme el movimiento ganaba terreno y la sociedad sufría cambios, la representación del lesbianismo inundaba la cultura de las masas, abarcando tópicos como la literatura, la pintura y el cine. Éste último, siendo uno de los de mayor alcance, ha logrado una movilización radical del tema que empieza a enfrentar a un discurso patriarcal que domina la sociedad desde sus inicios.

El lesbianismo tiene un fuerte discurso separatista que forma parte de su naturaleza. Esta cultura separatista hace que el lesbianismo adopte un tiente un tanto político, más que meramente uno social. Esta naturaleza separatista ha dado como resultado muestras culturales como programas femeninos de estudio, bares femeninos o la legalización del aborto, acciones que buscan un discurso individual que reafirme su identidad como género femenino; ya que, como menciona Marilyn Frye: “Siempre es privilegio del amo el entrar a la casa del esclavo. Aquel esclavo que le niegue al amo de entrar a su casa se declara como no esclavo”, al afirmar la propia individualidad, se establece la capacidad de prescindir del discurso dominante. Vemos así como mediante negar a los hombres la entrada a su cuerpo y al establecer vínculos sólo entre ellas, el lesbianismo intenta despojar al discurso patriarcal de su arma más influyente, la heterosexualidad que, según se ha naturalizado, se ha vuelto la justificación misma del discurso en sí.

Cuando hablamos del cine lésbico, se presentan una serie de elementos representativos que caen en lo antes discutido. También, se diferencia del cine gay masculino por sus métodos de narrativa y la justificación que le da al discurso. El lesbianismo tiene como foco el separatismo de la figura masculina (a diferencia de la homosexualidad masculina que busca una integración con el sexo femenino) y un mayor enfoque en la narrativa emocional que describe la historia personal y de pareja de las protagonistas. Así mismo, las muestras culturales del lesbianismo tienen una estructura más introspectiva donde se aborda casi de manera general la constante búsqueda de la identidad y las razones mismas del discurso que se defiende; es decir, se buscan las respuestas a ¿qué es el lesbianismo? ¿Qué provoca el lesbianismo? O un ¿qué busca el lesbianismo? Todo esto como una serie de argumentos que naturalizan el discurso del movimiento.

Numerosos ejemplos muestran una constante en el comportamiento de la representación que no sólo desemboca en una expresión sexual entre las mujeres, sino (mayormente) que muestra una conexión a nivel más íntimo que crea una ramificación de la idea del lesbianismo que la autora Adrianne Rich denomina como Lesbian Continuum cuyo núcleo son las “experiencias de identidad femenina”. Con esta hipótesis, Adrianne Rich menciona la necesidad femenina de crear vínculos emocionales, recibir y dar apoyo psicológico y compartir experiencias gratas con otras mujeres, sin caer en el deseo sexual propio de la definición del lesbianismo como tendencia sexual. Con esto, Rich justifica un cierto rango de lesbianismo, no en el sentido de orientación sexual, que toda mujer experimenta que, no necesariamente desemboca en el deseo sexual, sino en una necesidad natural de reforzar la identidad como grupo social. Y este punto es la construcción del discurso de las películas de corte lésbico que, a menos que pertenezca a la industria pornográfica (y que aún así presenta serias diferencias con el estilo masculino), tienen un tipo diferente de erotismo.

Empero, el nivel de aceptación social entre la homosexualidad masculina y la femenina es virtualmente diferente a causa de, nuevamente, el discurso patriarcal dominante, y esta ideología encuentra más obstáculos a la hora de llegar a las masas. Así, por cierto, si bien no se puede saber (o es irrelevante especular) la orientación sexual del autor o autora del discurso, lo cierto es que la expresión cultural del lesbianismo ha encontrado la manera de codificar el lenguaje para poder expresar sus ideas, sin verse de lleno a los impedimentos sociales.

Uno de los mayores ejemplos de la representación del lesbianismo en el cine es la película clásica americana “Thelma and Louise” que, si bien no tiene el lesbianismo como argumento principal (ni siquiera como uno importante, al menos superficialmente), muestra precisamente el tipo de narrativa descrito por la ideología que culmina, finalmente, con un beso entre las dos mujeres justo antes de lanzarse a su muerte. En “Thelma and Louise” se puede encontrar el argumento fundamental de Rich donde la necesidad de estas dos mujeres de un vínculo, donde son entendidas y donde poseen apoyo incondicional, se expresa durante todo el discurso y, más íntimo aún al lesbianismo, el rechazo a la figura masculina en la constante búsqueda de escapar del yugo del poder patriarcal.

ARTÍCULO FIRMADO POR AXEL ‘LOBITO’
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