El impulso ejercido sobre el antepié desencadena una fuerza normalmente divergente entre el primer y el resto de los metatarsianos que los hace separarse en tre sí, rompiendo así los ligamentos que los mantienen unidos.
Esta dolencia a veces, como en este caso, es difícil de diagnosticar para los no avezados en la patología del pie, y es frecuente que los pacientes acudan a la consulta tras ser valorados previamente en urgencias de un hospital o en ambulatorios, tras cierto tiempo, ya que son diagnosticados originalmente como simples esguinces o contusiones sin reparar en el hecho de que existe una lesión grave de los ligamentos del antepié.
En esta radiografía se aprecia la pequeña divergencia que os he comentado. La apertura es realmente mínima y solo se puede sospechar si se compara con el otro pie:

Incluso otras exploraciones con TAC o Resonancia pueden ser normales, lo cual dificulta aún más el diagnóstico.
En el caso de este paciente y al ser una lesión muy leve en definitiva, ya que en casos más severos cursan con fracturas-luxaciones importantes, se optó desde urgencias por un tratamiento conservador.
Al no mejorar de su sintomatología me lo remitieron a mi consulta de pie y tobillo, y tras hablarlo con el paciente opté por la solución más definitiva posible a mi entender, dado que se trata de un paciente joven y con gran demanda funcional y deportiva, la fusión de esos pequeños huesos, para impedir cualquier movimiento causante del dolor y estabilizar al mismo tiempo las articulaciones.
Pues bien, así lo hice y éstas son las radiografías:

De momento está convaleciente y no puedo todavía adelantaros el resultado final, pero sí que está evolucionando adecuadamente.
