Blanche´s Blog
Es pensarlo y todavía no doy crédito, de verdad de la buena que os lo digo y no miento, no hace ni dos años que fumaba un paquete de tabaco diario, tenía una tos de camionero que me hacía parecer una carraca y aquí estoy, frente al ordenador, contadoos, de nuevo, una de las mejores experiencias que he podido vivir hasta el momento: correr una media maratón.En principio la Rock ´n´Roll Madrid Maraton & 1/2 iba a ser mi primera media, un estreno a lo grande en la media distancia, pero antes tuve una primera toma de contacto con la Media Maratón de Ciudad Universitaria por lo que sabía que la cabeza no me iba a fallar. El gran problema ha sido mi rodilla derecha, la fascia lata, en cristiano, la rodilla del corredor, un mal que afecta a muchísimos corredores y que tiene su razón de ser en una mala pisada y algo - o mucho - de entrenamiento de más y que produce un dolor a muerte que impide correr a todo el que la padece así que esta carrera ha sido, desde antes de comenzarla, una complicación tras otra que hacía que la deseara y temiera a partes iguales. Visitas a un podólogo deportivo, plantillas especiales correctoras de la pisada, estiramientos de pierna continuos y a cada momento libre, tubos y tubos de crema anti inflamatoria y menos entrenamiento del deseado y necesario han sido la tónica habitual de estas últimas semanas pero las ganas de vivir esta experiencia eran tan grandes que me lancé a ella sin dudarlo.
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Siendo honesta sé que tendría que haberme retirado y no haber sometido a mi rodilla a un esfuerzo titánico, pero mi cabeza - y mi corazón - me pedían seguir y no abandonar. La satisfacción por haber podido terminarla es tan grande - ¡enorme! - que el tiempo de recuperación que me queda por delante será una "penitencia" a pagar por haber podido disfrutar y sufrir durante el recorrido de 21 kilometros por las calles de Madrid, un Madrid sin coches durante horas, mucho público animando y, sobretodo, mucho rock. Una experiencia única de la que destaco el kilómetro 14, en el que nos separamos de los marathoners y a los que despedimos al grito de valientes y mucha emoción y la meta, entrar en el Retiro con tanta gente como había animando a los corredores y ver a mi padre, que me acompaña a todas las carreras - ¡gracias papá! -, fueron el broche perfecto a un día que nunca podré olvidar.Agradeceros a todos y cada uno de vosotros vuestro apoyo en mi locura, una locura muy sana que me lleva a disfrutar como nunca a golpe de zapatilla.
#Corrermehaenseñado que con esfuerzo, dedicación, ganas y mucha ilusión todo es posible.
Let´s rock my friends !
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