Será por tanto insuceso que últimamente esta opacando a la familia real española que muchas personas no apoyan a la monarquía en el país y comienzan a hacerse sentir abucheando a los miembros de casa real en sus presentaciones.
Para Letizia Ortíz el tema la ha sacado de casillas: por un lado, la relación del Rey Don Juan Carlos con la princesa alemana, por otro la vinculación de la infanta Cristina al caso Urdangarín, y quizás, el motivo más relevante, es el libro "adiós Princesa" que ha sido publicado por su primo David Rocasolano, donde se aclara el aborto que ella se efectuó antes de casarse con el Príncipe. Todo esto, y debido a su fuerte temperamento dominante, ha hecho que en la misa celebrada en la capilla del palacio en honor al centenario del nacimiento de Don Juan, el Conde de Barcelona, letizia luzca tensa.... haya incluso rechazado llevar a la infanta Leonor, como era obvio, haya ingresado a la iglesia sin hacer reverencia alguna ante el altar, y haya comulgado tal como lo indica el protocolo, además, no escondió su molestia al ver entre la familia real a la infanta Cristina, participando después de varios meses sin hacerlo, y de quien, al fin de cuentas Don Juan era su abuelo, no el de Letizia.... fuerte y antipático temperamento, donde ella cree ser incluso más que el mismo Rey.....
LETIZIA ATACA AHORA A SU FAMILIA POLITICA
Letizia no oculta su enfado e incomodidad
El acto conmemorativo del centenario del nacimiento de don Juan de Borbón en la capilla del Palacio Real fue una celebración institucional presidida por los Reyes que sirvió para mostrar cierto resquebrajamiento de la monarquía. En el acto quedó patente la tensión que hoy mantienen los miembros de la Primera Familia entre sí. Ciertas actitudes no pasaron desapercibidas para muchos de los presentes ajenos al núcleo familiar del Jefe del Estado y se convirtieron después en tema de conversación por la tirantez que se plasmaba en el encuentro religioso. Se comentó especialmente la tensión que parecía apoderarse de la princesa Letizia, que obvió el protocolo que marcaba la liturgia religiosa y no comulgó. Según el entorno que rodea a la Familia Real, su falta de interés por las normas fue una manera de mostrar su enfado a su propia familia política. Al parecer, tenía que ver con la ausencia de su hija Leonor que, como infanta de España y heredera del heredero, debía de haber estado presente y así se planteó en un inicio. Mientras que el príncipe lo consideraba oportuno para dar una imagen de continuidad en un acto tan expuesto a la opinión pública, la princesa de Asturias se negó a llevar a la niña y no dio su consentimiento, según han confirmado a Vanitatis fuentes cercanas a ella.
La justificación de Letizia se basó en que Leonor tenía que acudir al colegio. La excusa fue rebatida por su entorno, ya que las clases habían terminado prácticamente. De hecho, el primo Froilán, que aún asiste al colegio dada su edad, sí que estuvo presente en la ceremonia pese a ser más mayor y ocupar un lugar menos destacado en la línea sucesoria. La princesa se negó en redondo y aunque hubo intentos de hacerla cambiar de opinión fundamentados en lo importante de la presencia de la niña, finalmente no quiso acceder a que esta acudiese al acto.
La decisión no supone nada nuevo: ya la tomó cuando nacieron sus dos hijas. Según ha manifestado en privado, pretende que ambas lleven una vida normal dentro de la anormalidad que puede caracterizar la infancia de un niño miembro de la Familia Real. Los que intentaron hacerla cambiar de opinión pusieron como ejemplo a otras herederas de herederos como Ingrid de Noruega (9 años) o Catalina de Holanda (10 años) que llevan ya tiempo acudiendo a actos institucionales como garantías de continuidad dentro de las monarquías a las que pertenecen. Ese mismo círculo ha asegurado que la presencia de Leonor habría supuesto una imagen positiva para estos tiempos convulsos en los que hasta la reina recibe pitadas a pesar de ser la más valorada de la Familia Real.
Episodios de tensión
Hubo otros momentos dignos de mención en la ceremonia. Era muy esperado el regreso de la infanta Cristina a la agenda real. La imagen de la hija de los reyes, sin poder acercarse al príncipe para que no hubiera constancia gráfica, fue una de las estampas más notorias. Tanto fue así que los presentes comentaron el gesto de Cristina: visiblemente seria y con los ojos llorosos, la Reina siguió sus pasos como si quisiera consolarla.
Si la infanta Leonor provoca encendidas conversaciones sobre la herencia real, la que hace que solo una persona en el mundo reciba ese legado para después trasladarlo en línea directa a sus descendientes, en el caso del conde de Barcelona, el homenajeado en el acto, no hubo ese traspaso natural y democrático. En su caso, hubo un salto en el organigrama real por decreto. Años después, el 14 de mayo de 1977, don Juan renunciaba a sus derechos dinásticos en una emotiva ceremonia donde declaraba: “En virtud de esta mi renuncia, sucede en la plenitud de los derechos dinásticos como Rey de España a mi padre el Rey Alfonso XIII, mi hijo y heredero el Rey Don Juan Carlos I”.
La Familia Real –incluida la infanta Cristina– asistió al completo al tan esperado acto conmemorativo del centenario del nacimiento de Don Juan de Borbón. Según fuentes presentes, no se apreció gran fervor religioso por parte de la princesa Letizia, que ni comulgó –un acto ciertamente personal y voluntario– ni tampoco hizo la reverencia al Santísimo, algo que en cambio sí sorprendió, ya que esta inclinación es una cuestión meramente protocolaria y no un acto de fe.
El acto se celebró en la Capilla del Palacio Real. A él no faltó ni una personalidad política e institucional del panorama actual y pasado para mostrar apoyo a la Familia Real en uno de los momentos más difíciles de la monarquía española. La ceremonia consistió en una emotiva misa a cargo del arzobispo Juan del Río, en la que trasladó la "gratitud y reconocimiento" que España "debe" a don Juan