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@mercedeschacin El Día del Periodista en Venezuela se ha convertido, desde el 2002 para acá, en un vergonzoso recordatorio de lo que es capaz de hacer la derecha para mentir y engañar. Quienes informaron esos días de abril no fueron precisamente los periodistas “profesionales” o egresados de un aula universitaria. El radio bemba mandó por encima de cualquier teoría de cualquier teórico: la aldea global se reescribió en Turiamo. Y es que en Venezuela sigue habiendo comunicadores sociales que dicen que su tendencia ideológica no permea el ejercicio del periodismo. Los periodistas de derecha se ocultan tras una supuesta “imparcialidad”. Y los que son de derecha que no se ocultan dicen que son de izquierda… Y si uno los “descubre” se arrechan. La diferencia es ética. ¿Es ético que ciertos periodistas ignoren los crímenes del imperialismo? ¿Busca la verdad un periodista pitiyanqui? No puede por más que quiera. No es ético ser pitiyanqui. He ahí una falla de origen. Hay un dilema ético en el fondo del periodista militante de la derecha. La derecha es mentirosa de origen. Pero eso no es todo. Venezuela también es uno de los pocos países del mundo que tiene una Ley del Ejercicio del Periodismo, que antes los dueños de medios de comunicación adversaban porque exigía salarios mínimos para los “graduados” y porque perseguía el ejercicio “ilegal”. No les gustaba pagar lo justo a los “graduados”, pero contrataban a “ilegales” para pagarles menos. Sí, es así de complicada la retorcida y pichirre derecha empresarial venezolana. Ahora esos mismos dueños hoy la defienden, pero por razones políticas. Quieren ir contra los medios y comunicadores alternativos. Van contra la izquierda. Y es que el ejercicio del periodismo tiene rato andando caminos diversos en Venezuela. Cada día hay más gente haciendo y diciendo, comunicando. La Ley del Ejercicio del Periodismo pretende impedir que aquellos que no hayan recibido educación universitaria ejerzan el oficio. Como si una ley pudiera cambiar la realidad. Y la realidad es que los comunicadores sociales no salen sólo de las aulas universitarias. ¿Quiénes hacían periodismo, para decirlo con Douglas Bolívar, antes de que existieran las escuelas de periodismo? Eso hace que la ley del ejercicio sea un anacronismo, un legajo que en lugar de garantizar la libre expresión, la vulnera. Propongo, en estos días de celebraciones, que la Ley del Ejercicio del Periodismo sea abrogada. La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela lo garantiza en su Artículo 74: “Serán sometidas a referendo, para ser abrogadas total o parcialmente, las leyes cuya abrogación fuere solicitada por iniciativa de un número no menor del diez por ciento de los electores y electoras …”. No hay lugar en Venezuela para una ley que “autorice” sólo a los periodistas “graduados” a ejercer el oficio y a penalizar al resto. Ahí se los dejo. Sigamos.