La última tira de todas. Vemos claramente que Snoopy es Charles M. Schulz
Peanuts es el nombre original de lo que para nosotros siempre serán las aventuras de Snoopy y su amo, Carlitos (o más bien Charlie Brown). Unos personajes que Charles M. Schulz comenzó a dibujar en 1950 y no los abandonó hasta su muerte cincuenta años después, fue precisamente ese día en que dejó el mundo en que se publicaba la que sería la última tira de todas y que he elegido para encabezar este artículo.
La fama y el ingenio de sus historietas traspasó el papel, llegó a otros muchos medios y a todo el mundo, hoy son nombres que todos conocemos.
Un chico y su perro
Siempre que leo alguna tira (recopilada en tomito, ya que realmente es la forma a la que accedo a ellas) veo un extraño paralelismo entre los dos protagonistas y los de la historia de Richard Corben llamada Un chico y su perro. No es que tengan, al menos no a primera vista, nada que ver entre ellas pero es fácil dejar volar la imaginación y pensar en Carlitos paseando por ese mundo apocalíptico con su fiel amigo y compañero. Y sí tienen algo en común las dos, y es que ambos animales y sus dueños son inseparables, necesitan el uno del otro y tienen una comprensión entre ellos mayor que con cualquiera de sus amigos.
Esto que puede sonar a exageración no lo es tanto, cualquiera que tenga a uno de estos bichos peludos de cuatro patas sabe de sobra que hay muchos en momentos en que él te entiende a tí y tú le entiendes a él. Esto es así, y no sé explicarlo de una manera mejor.
Volviendo al tema que nos ocupa hay que decir que realmente ellos no son los únicos actores de esta obra de teatro, sí los más conocidos, pero la fama que cosechó la tira también fue en gran parte por el resto de secundarios, amigos o no de Carlitos, desde el fantástico Linus hasta la preciosa pelirroja que hace suspirar a nuestro corazón de niños. Y ningún adulto (más que para dar fondo).
Primera tira publicada
El perro que era un literato
Snoopy no es un perro igual que los demás. Juega al fútbol, baila, se disfraza y además escribe. Sí, se sienta por las noches encima de su caseta con una máquina de escribir y empieza a darle a las teclas, a tal punto que los vecinos llaman a su dueño para pedirle que deje de hacer ruido. Otros ladran o gruñen, pero este no, este decide que lo mejor que debe hacer es llevar sus pensamientos a la tinta. No con demasiado éxito, todo sea dicho, pero no por ello dejándose vencer o rindiéndose ya que él tiene claro que antes o después llegará su momento.
Esto, que puede parecer poco relevante y que quizá sea desconocido para algunos que solo hayan visto los dibujos animados, se convirtió en una señal característica tanto de las viñetas como del personaje en sí mismo. A tal punto que la última tira dibujada por Charles M. Schulz, que ya hemos comentado se publicó el mismo día de su muerte, era de despedida y aparece el animal redactando una carta (de despedida), siendo esta la última imagen que tenemos de él (y del propio autor, ya que era un reflejo de este).
Niños que son adultos
Existe muchas veces el concepto erróneo, algo tristemente habitual en el mundo del cómic, de que las historietas protagonizadas por niños son para niños y así sucede con muchas personas piensan que sus hijos deben leer Mafalda, Peanuts y otras tanta. Por supuesto a los nenes les gusta, son los protagonistas absolutos pero en absoluto son el público de las mismas. Los contenidos, los argumentos, la crítica social (y sátira directa, nada encubierta), las duras reflexiones y un largo etcétera se alejan mucho de la comprensión del mundo que uno puede tener a sus primeros años de vida, pero hay que reconocer que el ingenio de los autores es tal que igualmente disfrutan a pesar de no llegar a captar lo que están leyendo.
El detalle: Uno de los personajes imaginados por Snoopy es El Barón, sosías del legendario Manfred von Richthofen (apodado El Barón Rojo) y que al igual que este es un piloto que corre sus aventuras en la guerra.
Doc Pastor
Hace tiempo inicié Ruta 42 (@ruta42 en Twitter), una gaceta para la que dedico la mayor parte de mis escritos y fotografías. También colaboro actualmente con el periódico AQUÍ en Valladolid y en la revista LaRAÑA de Sevilla. Cuando no estoy por aquí es que estoy jugando con mi perrito (se llama Loki).