Letras y Viñetas: ¿Qué es la novela gráfica?

Mireia Pérez en imagen de archivo de R42

De un tiempo a esta parte es cada vez más habitual escuchar el término “novela gráfica”, pero ¿qué es realmente?

No, yo no lo sé, así que todo serán solo ideas y que cada uno saque su propia conclusión.

Cuando decidí cerrar esta sección, me temo que esta será la última entrega regular, barajé varios temas y posibilidades. Hay mucho por contar y demasiado por leer, daba igual de lo que decidiera hablar ya que muchos más temas se iban a quedar en el tintero, finalmente me decanté por este y el motivo es que se sigue realmente sin tener respuesta a la pregunta con la que he comenzado.

Empecemos por lo básico y es decir que sí es un tebeo. Eso es algo totalmente indudable, aunque parece que algunas se empeñan en lo contrario pero es así siempre que estemos entendiendo el término para el medio y no de género, lo que trataremos un poco más abajo.

Podemos decir también que es un cómic, si usamos el razonamiento anterior que es igualmente válido en este punto.

Entonces, ¿qué es la novela gráfica?

Quizá tendríamos que hablar más de un tema de géneros a tratar, de enfoques y formas. Una de las cuestiones generales que parecen indisolubles es el hecho de ser obras de carácter personal, un acercamiento a cuestiones que tienen más que ver con lo que cada autor quiere contar y no tanto con los designios editoriales y el vender por vender.

Sobre este punto hay que decir que, por otro lado, muchas veces se tilda de novela gráfica por un simple hecho de caché, prestigio y para hacerse un hueco en las librerías (culpables, en gran parte, del auge de este formato al que sí dan acceso en sus estanterías y por tanto a sus clientes). La moda, y que es que está de moda, hace mucho y si bien está logrando que se acerque un potencial público que no lo hacía también que mucho aprovechado intente sacar su parte del pastel, aunque no lo merezca.

Algo que parece claro es que los creadores tienen un mayor control sobre el resultado final, y no solo en el aspecto de la historia que se cuenta o la forma de narrarla. Se entra también en el terreno del tamaño, la reproducción, los lomos y que básicamente viene a ser que (como dijo un autor que conozco) “hay un control total y las cosas salen mejor”, lo que no se puede negar si damos un vistazo por ejemplo a la recomendable trilogía Ken Games en que todo se junta desde la mente de su guionista y su ilustrador para llegar de la forme en que ellos querían a los lectores.

Quizá exista un problema con la concepción popular que se tiene, y para ilustrarlo me tomaré la libertad de narrar una pequeña anécdota personal. Hace poco mi hermano me pidió que le prestara algún tebeo y luego me llamó moderno, yo entonces respondí que los modernos no leen tebeos y que le prestaba una novela gráfica, él se quejó y dijo que eran un coñazo. Esto es algo que me he encontrado otras veces en el pasado, con comentarios estilo “es que me da igual y neuras de este tío, que me cuente algo divertido”, y sucede que hay una gran vertiente autobiográfica que en ocasiones parece más hecho para salvar el ego que con la intención real de ser leído.

Si bien es cierto que en ocasiones, en muchas, se narra la propia vida en otras tantas es sencillamente “la historia que quería contar” como por ejemplo es el caso de Mireia Pérez con su La muchacha salvaje, una novela gráfica en toda regla en la que no hay ningún toque de su vida y únicamente responde a la frase que acabáis de leer (y que de hecho es una declaración suya).

Entonces ¿qué es? La única respuesta es que leáis, no hay otra solución.

Hasta pronto, apagad las luces y cerrad la puerta al salir.

Doc Pastor

Hace tiempo inicié Ruta 42 (@ruta42 en Twitter), una gaceta para la que dedico la mayor parte de mis escritos y fotografías. También colaboro actualmente con el periódico AQUÍ en Valladolid y en la revista LaRAÑA de Sevilla. Cuando no estoy por aquí es que estoy jugando con mi perrito (se llama Loki).

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