Hace pocos años hablar de finales en La Rosaleda equivalía a partido clave por evitar la quema del descenso. Lejos quedan los encuentros rácanos a cara de perro y los empates dados por buenos.
En el presente, hablar de finales en Málaga no quiere decir jugarnos un trofeo. Lástima. Ahora mismo somos un equipo situado en la transición de ambos casos. Para el Málaga una final puede ser la del próximo sábado ante el Rayo Vallecano. Rival que se ha ganado a pulso el derecho a luchar por jugar en Europa la próxima campaña.
También se avecina otra final en la jornada siguiente. Por si la visita a Vallecas fuera poco, el equipo viajará a un campo del que no suele salir bien parado: Anoeta. Para más inri, la Real le arrebató por derecho propio la cuarta plaza en la clasificación a los de Pellegrini la pasada jornada.
Pero seguimos añadiendo ingredientes a nuestro caldo de finales. Sin apenas descanso, el Málaga se verá las caras con el Borussia Dortmund en la ida de Champions. Esta vez, en La Rosaleda.
Y todo este bonito conglomerado de encuentros en tan sólo diez dias. Si algo hay garantizado, es que veremos mucho fútbol,
y del bueno.
Si eres malaguista... Despereza el corazón, llega la hora de hacerlo vibrar.