Revista Fashion Blogger
Levantar un mal día. Cuestión de lentes.
Publicado el 26 diciembre 2012 por Itxasomardones @ItxasoMardones"Se puede tener un día negro porque se engorda o porque ha llovido demasiado, estás triste y nada más. Pero los días rojos son terribles, de repente se tiene miedo y no se sabe por qué"
(Desayuno con diamantes)
Te levantas. Te miras al espejo. Ojeras. Cara hinchada. Te arriesgas. Espejo de cuerpo entero. Tu reflejo te demuestra que arriesgaste demasiado. Así que optas por vestirte tapándote tanto como puedas.
Huyes de leggins embutidos y te pones el pantalón más ancho del armario.
Sin mirarte ni un segundo, te pones un jersey básico negro. De cuello vuelto. Demasiado ajustado. Así que lo tapas con una chaqueta de lana y manga farol.
Disimulas las orejas, calándote un sombrero que todo lo cubra.
Y te lanzas a la calle a hacer fotos. Ceñuda y en silencio. No te gustas. Y como no te gustas, estás convencida de que tampoco le harás mucha gracia a la lente de la cámara.
Llegas a casa y ves las fotos. El tímido rayo de sol, el fondo a medio construir, los adoquines del suelo. Todo es perfecto.
Y aprendes que el espejo no siempre dice la verdad. Que todo depende, como en casi todo, del cristal con que se mire. O del espejo con el que te mires. Y que si el primero te enseña orejas y el segundo dos kilos de más, hay que seguir probando. Hasta que llegue la lente que te enseña la mejor versión de ti misma.