Qué bonito es leer libros de autoayuda cuando uno tiene una sonrisa en la cara.
Pero qué difícil es a veces ponerlos en práctica.
¿Pero sabes qué? Te voy a compartir algo que leí hace poco, y me encantó.
Difícil quiere decir que es posible.-
Vamos a hablar de la capacidad del ser humano de levantarse una vez más.
Con esto quiero decir que si te caes 10 te levantes 11, y que si te caes 1000 te levantes 1001.
La vida es aprendizaje, y los errores son parte de ellos. Aunque a veces, a la sociedad, se les olvide.
Estamos hablando de Resiliencia
Las experiencias, las circunstancias, las relaciones… LA VIDA, nos va a presentar situaciones de diversa índole, buenos momentos, y otros no tanto, de estos últimos en especial, hay que aprender de ellos. Tomar el control de la situación.
¿Que nos está mostrando?
¿Por qué ha sucedido?
¿Qué hemos aprendido?
Ser aprendiz, responsable de la realidad y no víctima, sentirnos que no estamos a merced de la suerte o no suerte. Cuando decidimos aprender y crecer, nos sentimos más confiados en nosotros mismos, con mayor control y poder sobre nosotros y las experiencias que vivimos
Errores, muchos… ¿Aprendizajes? tantos como errores.
Una profesora estadounidense creo un experimento, que pudo mostrar a los demás como en 5 minutos les había podido hacer sentir no válido a sus alumnos. Les había inducido, lo que Marti Seligman denominó, indefensión aprendida.
Por el contrario, Albert Bandura postuló el termino de autoeficacia percibida.
Sentirse auto eficaz, es sentir que se tiene las riendas de la vida, y poder saltar los obstáculos que se presenten en el camino para poder llegar a la meta.
Siendo perseverantes nos mantenemos en nuestro camino, y dejamos de ser víctimas, seguimos avanzando en la consecución de nuestros objetivos.
Tenemos una opinión de nosotros mismos, que se ha ido forjando en base a experiencias y situaciones pasadas, a comentarios externos dirigidos hacia nosotros en nuestra infancia, que hemos interiorizado como nuestros, cuando en realidad no lo son.
Las etiquetas: listo, torpe, rápido, lento, patoso, feo, tardón, …
Las afirmaciones: ¡te vas a caer! ¡así no puedes! ¡no vas a llegar! ¡Así no es! ¡calla ya!
Son creencias erróneas, limitaciones de nuestra propia persona que vamos asumiendo y que luego actuamos en base a ellas. Verlas, ponerles consciencia, será el primer paso para eliminarlas.
Las personas que son resilientes han sido escuchadas, apoyadas, las emociones han sido expresadas y validadas, sin existir buenas o malas, no han sido juzgadas….
Las personas que no han vivido esto en la infancia, tendrán más dificultad para ser resilientes.
En general, tendrán una actitud pasiva ante la vida, donde se sienten que no dominan ni tienen el control de las situaciones a las que se enfrentan, se dejan llevar por la suerte o no suerte que le brinde la vida.
En la actualidad, podemos saber que aún sin haber vivido los requisitos en la infancia para ser adultos resilientes, se puede cambiar, se pueden ir eliminando redes neuronales que no nos aportan, desaprendiendo para aprender, fomentando la Potenciación a Largo Plazo, la unión de otras neuronas, que sostengan una creencia más beneficiosas para nuestra calidad de vida.
Una persona resiliente, sabe vivir la vida, aprender de los errores, crecer con las situaciones difíciles, respeta a los demás y se respeta a sí mismo, tienen buen sentido del humor, son creativos, empáticos, tienen habilidades sociales, habilidades para resolver problemas, conocer las limitaciones sin que suponga un problema, tienen iniciativa.
Conocer el desarrollo y el funcionamiento de nuestra mente nos puede ayudar, a estar al mando de nuestra vida y no sentirnos que vamos a la deriva, enfocando nuestro camino hacia una dirección que nos aporte serenidad, paz, congruencia con los valores que sentimos, en definitiva, lo que todos queremos alcanzar: Felicidad.