De mi lectura dominical, entresaco el artículo de Javier Moreno, publicado en El País, en el que intenta explicar el porqué a pesar de los escándalos mafiosos que se dan en el Partido Popular, estos no parecen que vayan a sufrir desgaste alguno para las próximas elecciones.
Extracto del artículo, "Ante la corrupción en el PP", que pueden leer integramente en este enlace.
"No voy a insistir en lo obvio: la crisis económica que desde hace dos años castiga a España con una ferocidad desconocida para toda una generación, la impericia de los socialistas en comprender desde el primer momento los peligros de todo tipo que ésta comportaba y el comprensible retraimiento de una parte de los votantes de izquierda explican por qué los sondeos colocan de momento a Mariano Rajoy en La Moncloa tras las elecciones que previsiblemente se celebrarán en 2012.
...Los votos cosechados, han dicho todos ellos de una forma u otra, expían los abusos cometidos, y el pueblo, el mejor tribunal en última instancia, les absuelve así de los cargos que de forma atrabiliaria les atribuyeron jueces prevaricadores, fiscales partidistas y una policía manejada a su antojo por un Gobierno socialista... según han afirmado tanto la señora Cospedal como el señor Cascos, vicepresidente con Aznar, respaldados de forma oficial por el partido este mismo viernes.
...Y así los españoles han tenido que escuchar de dirigentes cuyas declaraciones no toleraría ningún partido democrático en Europa cómo los policías trucan las pruebas del sumario o el Ministerio del Interior monta un sistema de escuchas ilegales contra la oposición política"
Hasta aquí el artículo. Yo no se ustedes pero me aterra observar el nivel democrático de nuestro país. Esta derecha extrema, esta fuerza extrema, extrema por su falta de democracia, extrema por su continua manipulación, extrema por su hipocresía, está dando lugar a que de nuevo este país se convierta en el centro de muchas miradas internacionales que observan, quizás con preocupación, como este país se haya en un proceso involutivo importante.
No solo es el caso Gürtel en la que algunos votantes y muchos políticos justifican, con su silencio, con su actitud, su existencia.
Son muchos más temas los que ensombrece la situación política en nuestro país.
Es la situación, por ejemplo, del juez Garzón que al margen de que cada uno pueda creer que sus actuaciones sean más o menos excesivas, lo que si tenemos claro, nosotros los demócratas, es que es intolerable que un grupo de extrema derecha, herederos de los causantes de miles de asesinatos durante la dictadura franquista, se atrevan a poner una querella contra el juez Garzón, no por prevaricación, sino por calumnias hacia su movimiento.
Realmente solo pensar que pueda volver la derecha a gobernar este país, se me ponen los pelos de punta y los que por cierto creen que la derecha gestionará mejor la crisis económica, les sugiero que vuelvan a leer sobre todo lo acontecido para que se den cuenta de una vez por todas, que son ellos, el extremo capital, los que han provocado una crisis económica global nunca vista. Por tanto es dudoso, muy dudoso, que ellos, los que provocaron la crisis, sean los que ahora solucionen la situación de desamparo de millones de trabajadores.
Cuando menos, me es curioso, muy curioso, el proceso de pensamiento de esos muchos votantes de derechas.