Buenos días vigilantes,
Hace unos días terminé de releer Dorothy must die de Danielle Paige, libro de que os hablé en su momento, hará un año. Y ahora estoy disfrutando como una enana con The wicked will rise.
Creo que he desarrollado muchas y nuevas manías como lectora en los últimos años pero la re-lectura no ha entrado a formar parte de la colección hasta hace muy poco. Si he releído lo he hecho muy poco, libros que poco tienen que ver con el entretenimiento y sí con la introspección o cocina. Pero Ángeles caídos ha iniciado una marea de placenteras rememoraciones y poco a poco voy retirando el anclaje a las primeras impresiones donde me hallaba varada.
Todos los nuevos encuentros que he tenido han sido satisfactorios, pero este libro ha sido de esos que no me convencieron en un primer momento y en un segundo encuentro me han causado una impresión más amena. En realidad eso me deja muy contenta por lo que he disfrutado mucho más de lo que esperaba de la segunda parte de la trilogía. Aunque he de ser realista, yo he disfrutado más, sin duda, pero eso no cambia el hecho de que podría estar mejor.
Me ha encantado leer estas dos novelas sin darme un respiro, lo estoy disfrutando muchísimo porque por fin ha conseguido llevarme a Oz y a esa fantasía retorcida y malvada, aunque haya tenido que entrar por la puerta de atrás.
Las novelas tienen un tinte diferente y la protagonista se sale un poco por los márgenes de su estereotipo, lo suficiente como para no ser una más. En esta nueva incursión he disfrutado mucho más de la ambientación y, sobretodo, de los personajes. Sigue pareciéndome absorbente el hechizo tan simple que ha usado la autora sobre ese mundo de fantasía tan entrañable y desvalido.


