Partiendo de esta primera aplicación de las "leyes" a la tecnología, se han ido expandiendo popularmente a lo largo de los años, dando lugar a muchos libros y versiones sobre temas tan diversos como los abogados, las embarazadas, los trabajadores, etc, todas bajo esa perspectiva de enfatización de lo negativo.
A mi siempre me han parecido unas sentencias muy graciosas porque a quien más quien menos nos han sucedido. Algunas tienen su explicación lógica, como que la tostada caiga siempre del lado de la mantequilla y de la mermelada, pero algunas, simplemente, se cumplen siempre aunque no sepamos muy bien por qué.
Llevo tiempo dándole vueltas a la idea de unas Leyes de Murphy para bebés. No sé si a alguien le habrá dado ya por escribirlas, porque el tema da para mucho:
- Cuanto más sueño tengan los padres, menos ganas de dormir tendrá el bebé.
- Aunque el bebé lleve una hora durmiendo plácidamente, se despertará justo en el momento en que te sientes a comer a la mesa.
- Aunque tu bebé no sea nada llorón, se pondrá a llorar justo en el momento en que hayas decidido ponerte a comer/ducharte/hacer cualquier otra actividad que no sea atenderle.
- Si existe alguna posibilidad de que se haga caca hasta los sobacos mientras estais fuera de casa, lo hará.
- El bebé niño siempre aprovechará que la pediatra le manipula sus testículos para mearla convenientemente.
- Cuanto más guapo y con más capas esté vestido, más posibilidades habrá de que se vomite encima.
- Cuanta más prisa tengas, más posibilidades hay de que tengas que volver a cambiarle de ropa.
- Aunque ya haya hecho pis en abundancia, el bebé siempre intentará mearse en cuanto note que no tiene pañal.
- Si acudes a casa de unos amigos con tu bebé asegurando que es muy bueno, entrará en estado de posesión demoniaca en cuanto se vea en un ambiente extraño.
¿Se os ocurren algunas más?. Seguro que sí.