Revista Libros
José Lezama Lima.Poesía completa.Compilación, posfacioy notas de César López.Sexto Piso. Madrid, 2016.
En el cuadragésimo aniversario de la muerte de Lezama Lima, Sexto Piso reúne su Poesía completa en un volumen preparado por César López, que a la edición de Letras Cubanas (La Habana, 1985) añade un puñado considerable de poemas que se han ido recuperando después de aquella fecha.
“José Lezama Lima y la primera palabra” títula César López desde La Habana el epílogo de este volumen que recoge la obra poética de uno de los autores más importantes de la lengua española. Una primera palabra primordial que es “una convocatoria de búsqueda y perplejidad”, porque “es invisible y se escapa.”
'Sólo lo difícil es estimulante', escribía Lezama Lima al comienzo de “Mitos y cansancio clásico”, uno de los ensayos que forman parte de La expresión americana. Y esos dos adjetivos -difícil y estimulante-, complementarios siempre en Lezama, definen sus ensayos, su narrativa y su poesía,
Lezama, uno de los poetas esenciales del siglo XX en español, practicó una literatura que frente a la imaginación hegeliana defiende la imaginación mítica y frente a la razón histórica propone el logos poético, que explora los vínculos que establece la analogía, no las relaciones de causalidad. Y ese método tiene mucho que ver con la forma de mirar la realidad en el Barroco, a base de conceptos que establecen relaciones inesperadas entre las diversas manifestaciones de la realidad.
Tanto en sus ensayos -Confluencias, La expresión americana- como en su narrativa -Paradiso, Oppiano Licario- y en su poesía, Lezama indaga en lo telúrico y en lo estelar a través de una imaginería potente y de una expresión barroca que explora en la oscuridad y en la memoria. Y con esa mirada que reivindica la visión del mundo como imagen integradora de historia y cultura, arte y literatura, mito y pensamiento, Lezama bucea en “las maternales aguas de lo oscuro”.
Una mirada que marca la progresiva depuración de una poesía que parte del momento preciosista y sensorial de Muerte de Narciso y Enemigo rumor para alcanzar su mayor altura en la concentración y abstracción de su etapa central –Aventuras sigilosas, La fijeza y Dador-, la más densa y significativa, con cimas como 'Rapsodia para el mulo' o 'El coche musical', y decantarse luego por una poesía más accesible y comunicativa: la del póstumo Fragmentos a su imán.
Una evolución más concéntrica que lineal, porque se produce en el interior de una obra de enorme unidad no solo en su secuencia poética, sino también en su práctica narrativa. Porque Paradiso, Oppiano Licario, e incluso un ensayo como Confluencias, tienen mucho que ver con su mundo poético, tanto en su potente impulso verbal como en los temas en los que fija su mirada, en la que confluyen la exploración y el descubrimiento, lo telúrico y la revelación.
La asimilación de la cultura evocada en la naturaleza, las referencias mitológicas, musicales o pictóricas están en la raíz del universo literario de Lezama, en el que conviven la exploración de los símbolos secretos y el descubrimiento de las pulsaciones de la realidad y el sueño, la visión y la experiencia, las estructuras musicales (rapsodia, suite, aria, fuga) y el lenguaje como instrumento de indagación en lo oscuro.
Leer Enemigo rumor, Analecta del reloj o Dador es entrar en otro mundo, en el dominio vertiginoso de lo órfico, en una literatura que se fundamenta en la ambición imaginativa de su poesía, en la potencia oracular de una palabra que ilumina la realidad con el rayo metafórico de la imagen, que es la realidad del mundo invisible.
Y así, sobre todo en la época de su plenitud creadora, su poesía hermética y visionaria, siempre atravesada por un agudo sentido de la temporalidad, crea una realidad transfigurada en una reelaboración que nos la devuelve como un edificio verbal recién levantado con la calidad tranquila de la luz y sobre esa primera palabra que “en la poesía, en el poeta, en el poema, es anterior a la palabra misma y se origina consecuentemente en otro tiempo”, como escribe César López en su posfacio.
Un volumen, muy manejable pese a sus más de mil páginas, que está llamado a convertirse en la edición de referencia de esta poesía imprescindible.
Santos Domínguez