Al igual que pasó con Faint, ese disco es otro de los que me propuso escuchar el seguidor del blog Cesar.
Nunca había escuchado nada del grupo, pero como sabéis que me gusta indagar un poco, resulta que a lo largo de su carrera han ido buscando nuevos caminos sonoros y que poco a poco se han ido adentrando en la utilización masiva de sintetizadores.
El grupo se formó en New York y estaban enmarcados dentro del Post Punk/Dance Rock.
El disco salió hace un para de meses y no me importa reconocer que ha sido un agradable descubrimiento.
Desde luego el trío se ha olvidado totalmente de las guitarras y han cogido las máquinas como medio de expresión.
Como no he escuchado nada anteriormente del grupo, no pued decir si el cambio les ha sentado bien o mal. A mi desde luego me gusta lo que he escuchado.
Los cuatro primeros temas podrían encajar perfectamente en cualquier club que se arriegue en hacernos bailar con propuestas no convencionales.
Suenan duros pero no pesados. Por momentos ese Dance Rock parece que se quiere colar en una EBM no clásica, pero seguro que podrían pasar por ella tranquilamente.
No obstante, yo lo veo como un grupo utiliza la electrónica como un fin, más que como un medio.
Quiero decir que Liars mañana puede volver a utilizar guitara y batería para hacer su siguiente trabajo. Lo cual no significa nada más que van a utilizar la instrumentación que consideren necesaria en cada caso. No se van a ceñir a nada más que a lo que ellos quiera. Lo cual está bien.
Después de los cuatro primeros temas, que como dije se mueven en una onda bailable pero dura y enigmática, el resto del disco se mueve por otras formas de expresión menos accesibles pero igualmente válidas e interesantes.
Más búsqueda de sonidos y caminos experimentales con, bajo mi punto de vista, buenos resultados.
Un disco que recomiendo, al igual que hizo Cesar en su momento, porque seguro que os hace pasar unos buenos momentos.
Además, me gustan grupos como Liars, que no se ponen límites cuando buscan nuevas formas de expresión.