Liberar la mente Imagina una noche de octubre, hay una luna resplandeciente, la observas y solo puedes ver un lado de ella, ¿lo visualizas? No puedes ver más que un lado a la vez, así es la naturaleza de nuestra visión. Esto se puede aplicar también a los pensamientos. Cuando piensas en algo solo puedes pensar en ello dentro de un solo contexto a la vez. Para dejar claro el punto al que quiero llegar voy a darte otro. ejemplo. Imaginemos a una amiga árabe que solo puede leer en su propio idioma. Al observar este texto verá lo mismo que tú, las mismas letras, los mismos símbolos y gráficos, sin embargo, no podría comprender nada. La razón por la cual tú si puedes comprender es porque tú tienes disponible el contexto del lenguaje español, el cual hace que puedas darles sentido a estas palabras. Nuestra amiga, al no tener disponible este contexto, puede observar el texto, pero no puede comprenderlo. Podemos ver dos cosas en este ejemplo. En principio hay dos formas de contenido: uno que serían las palabras en sí mismas y el significado de estas palabras, sumado a la comprensión individual que se efectúe de todo el texto. Lo que le da sentido al contenido es, el contexto porque le proporciona un entorno necesario para entender el significado, con lo cual se favorece la comprensión del texto. La mente juega un rol muy importante en este tema. Ella no tiene la capacidad de saber con precisión "qué es algo" y tampoco tiene la capacidad de entender que "no lo puede saber". Ella puede crear escenarios completos y luego insiste en que la realidad se haga una con ellos. Hacer una descripción de cualquier objeto, escenario o situación, requiere una cantidad indefinida de declaraciones o decretos que lo conforman para que la mente pueda entenderlo como un todo. Sin embargo, para ella es complejo y agotador usar todas esas declaraciones, por lo tanto, una vez entendido el objeto como un todo, simplifica el proceso de asociación eligiendo un solo aspecto representativo. Ese único aspecto se convertirá en el identificador de ese objeto. Por ejemplo, supongamos que queremos describir un "vaso de cristal". La mente desglosa el todo lo que sabe del objeto en lo que lingüísticamente se denominan semas o unidades mínimas de significado. Es decir, nuestra mente sabe que este objeto está hecho de cierto material compuesto por mezclas de otros materiales, que tiene ciertas dimensiones, que tiene un peso, un volumen, que puedes verter cualquier líquido en él, que su función principal es usarlo para beber esos líquidos, y cualquier otra cantidad de semas. La mente sabe todo eso gracias a nuestros conocimientos sensoriales o teóricos. Sin embargo, a la hora de comunicárnoslo con fines prácticos, es más sencillo y rápido nombrarlo "vaso". Para este caso, el vaso seria el contexto y lo que se le agregue al vaso sería el contenido. A medida que vamos creciendo, nuestros contextos mentales pueden ampliarse o cambiar. Puede ser que, hoy en día, para nosotros sea contenido lo que antes era contexto y, sin embargo, que sí sea contexto para alguien más. Pero también podríamos expandir ese contexto si elevamos nuestros estándares y vamos más allá del contenido. Si el vaso es más amplio, entra más líquido. Esto podemos enfocarlo a cada aspecto de nuestra vida. Todos tenemos experiencias y ellas están repletas de contenido. Me gustaria proporcionar otro ejemplo de esto con una situación que a todos nos pasa o nos ha pasado alguna vez. Imaginemos que tienes 1000 dólares en tu cuenta bancaría. El estado emocional y el estado de conciencia que tengas sobre el dinero estarán determinados por el contexto en el cual está centrada tu mente. Hay dos contextos básicos según tus necesidades y deseos, que pueden influir sobre tu percepción del dinero. La primera opción es pensar que tienes muchísimo dinero, y la segunda es pensar que no tienes casi dinero. Ambos contextos son verídicos, pero uno es más real para nosotros porque es más cercano a lo que creemos que es nuestra condición actual. Tú tienes el poder de expandir o de cambiar tus contextos,pero tienes que estar dispuesto a salir de tu zona de confort. Cambiar contextos significa cambiar de percepción. Tienes que llevar tu mente más allá, salir de la caja de la realidad percibida y comiences a pensar de forma correcta, barajando las posibilidades que tienes aquí y ahora para cambiar esas experiencias que te darán nuevas formas de ver las cosas. Si expandes tu horizonte y aceptas que hay otras formas de ver y entender las situaciones, comenzarás a cambiar tu contexto y a tener otros índices internos más elevados. De esa forma, tu pensamiento sobre ti mismo, sobre quien eres y sobre tu situación actual, van a cambiar contigo. Al igual que Jiddu Krishnamurti, Un Curso de Milagros nos dice que el mundo que vemos es una proyección de nuestros pensamientos. Nuestro alrededor parece estar lleno de situaciones que parecen tener vida propia, sin embargo, somos nosotros los que le conferimos vida a esas apariencias solo con creer en ellas. Por lo tanto, nuestras experiencias en toda forma surgen desde nuestro in-torno (contextos). Cuando interiorizas este conocimiento comienzas de alguna manera a liberar la mente de interpretaciones preconcebidas. Con esto quiero decir que si cambiamos nuestra percepción hacia las cosas que no nos causan de alguna manera paz nos liberamos. No son las cosas las que cambian sino la interpretación que tenemos de ellas. Un cambio de percepción es el único milagro que necesitas.