La marcha del Orgullo Gay 2015 en Madrid este sábado, la más numerosa del mundo con quizás un millón de asistentes según sus organizadores, llevaba en cabecera, aparte de representantes de las asociaciones LGTB, a los habituales portadores de pancartas: sindicatos y partidos políticos.
Menos los del PP, a los que expulsaron cuando quisieron unirse, pese a su partido gana todas las elecciones municipales en el barrio de Chueca, el origen de la marcha y sede de las principales asociaciones de lesbianas, gais, transexuales y bisexuales (LGTB).
Incluso están por encima del PSOE del carismático socialista y líder gay Pedro Zerolo, recientemente fallecido de cáncer.
La mayor paradoja de ese veto al PP, que tiene gais fuera del armario en importantes cargos directivos, fue ver en cabeza al líder de Podemos, Pablo Manuel Iglesias, cuyo programa de televisión “Fort Apache” está pagado por HispanTV, cadena gubernamental de Irán, país que ahorca masivamente a los homosexuales en las grúas.
El pequeño Pablo censura a sus invitadas imponiéndoles escotes cerrados, como denunció la socialista Beatriz Talegón, aunque se desdijo cuando empezaron los coqueteos PSOE-Podemos.
Otro aspecto de esta fiesta anti-PP es que se convirtió en un fenómeno internacional en 2007, con el heterosexual popular Alberto Ruiz-Gallardón como alcalde y financiador, labor seguida incluso por Ana Botella.
Por eso la revista gay de más éxito entonces, Zero, le dedicó una portada, y ninguna a su opositor socialista, Miguel Sebastián, que es gay.
Luis Margol, excelente cronista del mundo homosexual madrileño, afirma que hay dos clases de gais: el Liberogay, individualista, crítico, liberal y nada gregario, y el Mariprogre, ovejuno masoquista que apoya regímenes homófobos, como los islámicos, y que denigra a muchas democracias en las que los homosexuales son libres, como la israelí.
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SALAS