Venezuela y Ecuador rechazaron las acusaciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a las que calificaron de manipuladoras y carecer de veracidad.
La organización con sede en Washington acogió una audiencia esta semana en la que los dos países latinoamericanos fueron objeto de falsas acusaciones por violación de la libertad de expresión, obstaculizar el acceso de los medios independientes a las fuentes de información pública e impedir el trabajo de organizaciones financiadas desde el exterior.
En una entrevista concedida tras la sesión, el presidente ecuatoriano Rafael Correa señaló que solo aceptará las recomendaciones de la CIDH que sean "razonables", pero no si están basadas en "mentiras".
Correa alertó de que la CIDH "no es el oráculo de Delfos", aunque dijo que su Gobierno sí aceptaría una visita de una delegación de la Comisión.
El martes grupos de periodistas denunciaron presión por parte del Ejecutivo ecuatoriano, "estigmatización" y ataques "sistemáticos".
En respuesta, Correa acusó a ciertos medios de prensa, que no mencionó, de ser corruptos y formar una mafia. "No defienden la libertad de expresión, defienden la libertad de empresa, sus intereses", dijo.
Las ONG en Venezuela
El comisionado Paulo Sergio Pinheiro, relator para Venezuela, acusó el martes a ese país de interferir en el trabajo de las organizaciones internacionales pro derechos humanos que trabajan en su territorio.
El representante venezolano ante la CIDH, Germán Saltrón, respondió al comisionado y alegó que la democracia venezolana es una democracia participativa que permite a todos los ciudadanos defender libremente los derechos sin necesidad de crear una ONG. "Pero queremos que las organizaciones de derechos humanos sean objetivas e imparciales", añadió Saltrón.
Aseguró que las acusaciones de la Comisión "están sustentadas en suposiciones, presunciones, hechos hipotéticos e inciertos que intentan suplantar a las autoridades venezolanas".
Intervención humanitaria
El analista político Basem Tajeldine propone prestar atención a las fuentes de financiación de las ONG que trabajan en estos países para entender los fines de su funcionamiento.
"Yo creo que tanto la CIDH como las ONG responden a los intereses de Estados Unidos y también estamos todavía esperando por parte de esa Comisión porque no se ha pronunciado en contra del golpe de Estado en Venezuela que ocurrió en 2002", dijo el experto.
"Ni siquiera se ha pronunciado contra el golpe de Estado en Honduras ni contra las bases de EE. UU. en Guantánamo", sostuvo el experto.
Tal selectividad de esa organización, según el analista, además de mostrar su clara dependencia de EE. UU. "nos muestra también que se pretende aprobar un formato de intervención humanitaria tal como se está dando en Libia y en otros países, un formato legalizado con estos instrumentos regionales que están más que desfasados y desprestigiados". [Con informe de RT]