Revista América Latina
La libertad de expresión, calificada como madre de todas las libertades, se encuentra en serio peligro en México, debido a los frecuentes ataques a periodistas que desde hace años han venido a sembrar el temor en el gremio, lo que necesariamente inhibe la libertad de informar. Con lo anterior no sólo pierden los comunicadores la oportunidad de hacer bien su trabajo, sino que la sociedad entera se priva del derecho a mantenerse bien informada sobre los asuntos que más pueden interesarle, como son los de seguridad y administración honesta de los recursos públicos. Vergonzosa impunidad de 91% Con motivo del reciente Día Mundial de la Libertad de Prensa, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) informó que del año 2000 a la fecha ha documentado 84 homicidios de periodistas y, de 2005 al 30 de abril de 2013 se registraron 20 desapariciones de comunicadores y trabajadores de los medios, así como 39 atentados en contra de sus instalaciones y daños a sus herramientas de trabajo. De estos casos, 143 en total, 27 han sido consignados ante la autoridad judicial, y de ese total, sólo en 12 se ha dictado sentencia condenatoria, cifra esta última que representa 9% de los casos, por lo que existe un índice de 91% de impunidad. Preocupan las constantes agresiones a los comunicadores, pero igualmente es lamentable ese elevado porcentaje de impunidad, que estimula desde luego a quienes se han fijado como meta acabar con la libertad de expresión por medio de la violencia. Derecho ganado a base de mucha sangre Además, está de por medio el cumplimiento de un derecho constitucional ganado a base de mucha sangre. Hidalgo, Juárez y Madero, en tres distintas épocas de nuestra Historia, no pelearon por otra cosa: la libertad fue la esencia de su lucha. Por lo tanto, está en riesgo la conquista más importante del pueblo mexicano, que es el derecho a expresarse y a estar bien informado. Urgen garantías para informar El Gobierno en sus tres niveles, federal, estatal y municipal, no debe escatimar recurso ni esfuerzo alguno para proteger a los trabajadores de los medios de comunicación y emprender acciones eficaces para aplicar justicia ante los delitos cometidos, abatiendo ese enorme y vergonzoso índice de impunidad. Es difícil cumplir la obligación de informar con libertad sobre los graves asuntos que atañen al Gobierno y a la sociedad cuando no existen en el entorno las garantías necesarias para ello. Imagen: Hidalgo. Mural de Clemente Orozco en Palacio de Gobierno. Guadalajara, México.