Mar del Plata, Argentina.- El beneficio de la duda se lo gana el predio abandonado que se ubica en la interjección de avenida Libertad y Tandil, ya que hace aproximadamente cinco años que la comuna Batán-Mar del Plata la dejó abandonada. Pastizales largos ocultan apenas una megaestructura, algo que una vez se pensó como Centro Cívico o Judicial, para luego pasar a ser un simple terreno a querer rematar.
El intendente del Partido de General Pueyrredón, Carlos Fernando Arroyo, se desligó indicando que ”hay cosas más importantes por hacer” para poner los ojos en algo que genera severa molestia en los vecinos. Tras afirmar que ”no está en los planes mover la Municipalidad”, sentencio que las miras del 2018 están puestas en ”cosas más importantes” como la tasa de impuestos y la seguridad en las calles.
Si algo queda claro, es el profundo abandono que tiene el lugar que alguna vez perteneció al club atlético Unión, el cual se vio obligado a entregarlo como consecuencia de lo flojo que se encontraba en papeles. Ahora que el gobierno lo tiene, no sabe que hacer.
La estructura está más cerca del derrumbe que la finalización y apertura, ello debido al mal cuidado y estado de abandono. Por ende, es provechado por aquellos jóvenes con problemas de drogas y alcohol que buscan refugiarse.
OJO. El llamado de atención no es directo hacia Arroyo y los inoperantes que caminan a su lado. Más bien, a la falta de respuestas concretas que atendieran a la solución del conflicto o le dieran un consejo válido para evitar que suceda algún incidente si el Mega-esqueleto llegase a caerse, como efecto de los continuos alertas meteorológicos que azotan a la ciudad.
No queda lejos el primer piquete en esta etapa de Cambio, donde el edil salió del Palacio Municipal a enfrentar cara a cara el problema y todos lo vieron como un súperfuncionario dispuesto a poner el rostro. Sin embargo, por eso digo “lejos”, hace más de un año que no hay rastros del mismo.
La estructura esta allí en señal de monumento a la vergüenza de la poca inversión de este gobierno, para por lo menos demolerlo. Ni siquiera se han tomado el trabajo de comprar dos metros de alambre necesarios para cerrar el semejante hueco de entrada por donde mucha gente se filtra hacia el interior del predio.
Foto: Abigaíl Priscila Elisabet Matco.
Las fuerzas de seguridad tampoco imponen su presencia, por lo cual, el lugar ha sufrido numerosos robos de materiales de construcción. Ahora bien, la idea de descentralizar con el Centro Cívico no era mala, hasta daba pie a mayor presencia policial y alumbramiento de la zona. También el asfaltado prometido por años fue bien recibido.
Lo claro es que no hay pasto cortado, la estructura está deteriorada y el futuro de todo es incierto. Los vecinos del barrio Libertad no tienen respuestas y, para colmo de todo, el intendente no da la cara.
¿Cómo sigue esta historia?