Lo que nadie (Ni siquiera los “expertos”) sospecharían en ese momento, es que la Revolución del Jazmín sería solo el comienzo de una serie de revueltas similares, a lo largo y ancho de Asia Occidental, el Norte de África, y quien sabe cuántas regiones más; el 11 de Febrero, en un acontecimiento similar al tunecino, fue depuesto Hosni Mubarak de la presidencia de Egipto; luego de 30 años en el poder. Al momento de escribir este artículo, una serie de protestas están teniendo lugar en Yémen, Libia, Bahrein, Jordania, Irán y dentro de dos días en Marruecos.
En otro contexto, no menos importante, está el caso del escritor Ecuatoguineano Juan Tomás Ávila Laurel quien está llevando a cabo una lucha política dentro y fuera de su país para exigir un cambio de gobierno; cuyo presidente, Teodoro Obiang, lleva 30 años en el poder, liderando un régimen caracterizado por su corrupción, la ausencia de libertades civiles y reconocido como uno de los más represivos. El 3er productor de petróleo de África Subsahariana tiene a la inmensa mayoría de sus ciudadanos viviendo bajo umbrales de miseria.
¿En qué se relacionan estos sucesos recientes con el tema de la sexodiversidad? La respuesta es, en mucho. Todos los gobiernos autoritarios del mundo niegan el reconocimiento de los Derechos Humanos a sus ciudadanos, entre ellos, el derecho a la vida, el acceso a la información veraz, al libre desenvolvimiento de su personalidad, la libre expresión y el respeto a las minorías. Los regímenes autoritarios se caracterizan, entre otras cosas, por perseguir toda forma de diversidad, incluida la sexual. Cuando se trata de un régimen militar o teocrático, el caso es peor.
El surgimiento del sentimiento Pro-Democrático en Medio Oriente, abre la puerta al reconocimiento de los Derechos LGBT en ésta región; sin embargo, como bien lo indica el bloguero egipcio-marroquí @Icequeer, el proceso será largo y para ello deberán instaurarse en estos países, gobiernos seculares. Si bien se ha llegado a decir que el Corán no condena a la Homosexualidad; casi siempre se argumenta lo contrario. (Situación casi idéntica que ocurre en el mundo occidental con la Biblia Cristiana)
En la medida que la sociedad sea más consciente de la importancia de los DDHH; ideará herramientas y procedimientos más efectivos y sofisticados para defenderlos y hacerlos valer; en consecuencia, los individuos serán más sensibles ante los temas de discriminación y trato desigual ante la ley, de esta manera surge la necesidad de hacer reivindicaciones sociales y políticas para todos aquellos sectores que están siendo excluidos por alguna u otra razón.
Si bien el mundo occidental se autoproclama “democrático y moderno” aún no ha comprendido en su totalidad que los derechos humanos son inherentes a toda persona; aunado a esto, muchos grupos sociales se escudan en argumentos fundamentalistas religiosos para discriminar, anatemizar y satanizar a todo aquel individuo que, en ejercicio de sus derechos, decida vivir en concordancia con su orientación sexual o de género, la cual no es producto de una elección caprichosa; sino de la conducta natural innata de cada individuo.
La lección de valores democráticos que nos ha dado el mundo oriental debe ser totalmente asimilada en nuestra propia cotidianidad; ha llegado la hora de desechar la visión estereotípica que muchos medios “informativos” han tratado de mostrarnos sobre el mundo árabe y debemos apoyar estas iniciativas en favor de la Democracia, la Libertad y la Tolerancia; cada violación a los DDHH en un país extranjero, debe ser considerado como asunto propio. Citando a Martin Luther King: “La injusticia en cualquier parte es una amenaza a la justicia de cualquiera.”
Leoncio Gómez
@gomaldavid
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