Algunos escucharán la palabra “libertad” y vendrá a su mente pensamientos, ideas o frases como conciencia libre, derecho a elegir, voluntad propia a escoger, forma de actuar, en fin infinidad de definiciones y conceptos que coinciden en un mismo punto. Para mí, cuando escucho “Libertad” viene una sola palabra a mi mente VENEZUELA. Sí, Venezuela país ubicado al norte de América del sur, mi país, el cual se asemeja a una mujer prisionera dentro de una celda, aferrada a los barrotes gritando fuerte y firmemente libertad! libertad! auxilio! pero nadie responde.
Cansada, agotada, estropeada y ultrajada por todo el que ha querido. Venezuela que abrió y abrazó, como una madre a sus hijos, hijos de tantas nacionalidades, que venían de todas partes del mundo, acobijándolos y sanando sus heridas, permitiéndoles echar raíces en sus entrañas, pero sobretodo, parió a tantos de nuestros libertadores, que siguen luchando hasta los actuales momentos para liberarla.
Liberarla del secuestrador, del opresor que la golpea una y otra vez, que la priva de su libertad y cuyo único objetivo es silenciarla, ese secuestrador vil y perverso que busca mantenerla en cautiverio,amordazada para que nadie escuche su grito de auxilio.Pero ella es fuerte, insistente y no se rinde ante nada ni nadie, lucha incansablemente y grita una y otra vez.
Grito, que es acogido por sus hijos, libertadores con espíritu luchador, aguerridos, soñadores que solo quieren y buscan un solo objetivo,un país y una sociedad libre. Su arma y escudo son la esperanza y el amor, su vestimenta es la valentía y la lealtad, pero su gran motivo es la LIBERTAD.