San Adrián de Canterbury, abad. 9 de enero.
Fue Adrián africano de nacimiento, y en el norte de África tomó hábito monástico. Era versado en las Escrituras y en la recta doctrina católica. No se sabe las causas del porqué pasó a la península itálica, donde entró al monasterio de Niridian, en Nápoles. Allí era abad en 670 cuando estuvo a punto de ocupar Canterbury, la sede primada de Britania. La cosa fue así, según la cuenta San Beda (25 de mayo): En 665 murió San Deusdedit (14 de julio), el arzobispo de Canterbury, y la sede quedó vacante durante un tiempo considerable, hasta que el rey Egbert de Kent eligió a Wighard, un piadoso y letrado presbítero inglés. Luego le envió a Roma para que el papa San Vitaliano (27 de enero) confirmara la elección y le ordenara obispo. Pero ocurrió que Wighard y su comitiva llegaron a Roma en medio de una epidemia de peste y enfermaron y murieron.
Entonces el papa, queriendo dotar a la iglesia inglesa de un buen prelado, eligió a nuestro santo abad, un hombre dotado de virtudes y sabiduría. El Papa le ordenó que aceptara el obispado, pero Adrián respondió que no era digno de una dignidad tan grande, aduciendo que él podría buscar a uno que sería mejor que él mismo. Eligió a un monje piadoso y culto, llamado Andrés, de un monasterio vecino. Pero Dios quería otra cosa, pues este Andrés enfermó de gravedad y aunque sobrevivió quedó imposibilitado de asumir el episcopado. Entonces Adrián se vio obligado a aceptar ser consagrado obispo, aunque pidió al papa un tiempo para ver si podía encontrar otro en su lugar antes de la ordenación.
Y halló a San Teodoro (19 de septiembre), un sacerdote griego, instruido y aunque no era joven, tenía vitalidad y celo por la causa de Dios. Adrián lo presentó al papa y este aceptó la sustitución, aunque encomendó a Adrián que le acompañase a Canterbury, y fuera su colaborador en el pastoreo de la sede. Y así, Teodoro fue ordenado presbítero en 668 y ese mismo año ambos partieron a Britania. Pasaron por Francia, donde fueron recibidos por varios prelados, como San Faro de Meaux (28 de octubre), con quienes se quedaron durante todo el invierno. En marzo de 669 embarcaron en Quentavic rumbo a su destino inglés.
En mayo de 669 Teodoro fue consagrado obispo, y a Adrián le fue entregada la abadía de San Pedro de Canterbury, desde donde contribuyó a la reforma de la iglesia inglesa, introduciendo la romanización de la liturgia. Abrió una escuela monástica en la abadía, donde se formaba a los jóvenes en ciencias, artes, Escrituras, Teología. Durante casi 40 años estuvo Adrián al frente de la abadía, y además fundó otros monasterios para la predicación y la enseñanza de los ingleses.
Adrián falleció en 709 y, según Beda, su sepulcro fue honrado con milagros.
Fuentes:
-"Vidas de los Santos". Tomo I. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.
A 9 de enero además se celebra a
San Andrés Corsini, obispo carmelita.
Beato Antonio Fatati, obispo.