César es un chico más. Uno de los tantos que nacen con pocas oportunidades, por no decir casi nulas, y por esa maldita condición, y con la vulnerabilidad a flor de piel se equivocó con la peor opción de la lista de errores para cometer. Por desgracia, casualidad, o causalidad, creció a los golpes y con el resentimiento de la desigualdad. Se guió por las conductas más tenebrosas de su ser, perdido justo en plena adolescencia. Tenía 16 cuando cometió el peor acto de su vida, y durante cinco años pagó por ese instante. Pasó por distintos institutos de menores, en total 5. Fue condenado por un secuestro extorsivo, situación que lo mantuvo tras las rejas. Hoy, con 21 años y cinco meses en libertad, la vida de César cambió. Mejoró. Se liberó dando un giro abismal. Se hace llamar Camilo y jura que el arte lo sacó de las tinieblas y que gracias a la literatura pudo salvar su vida.
Fuera de la cárcel, tiene otro nombre: Camilo Blajaquis. Se inspiró en el revolucionario cubano Camilo Cienfuegos y en Domingo Blajaquis, por el griego, uno de los militantes sindicales asesinados en la pizzería La Real de Avellaneda, episodio magistralmente narrado por el maestro en su libro ¿Quién mató a Rosendo?
Su primer contacto con un libro fue en el Agote.
Entrevistado para la radio AM750, César cuenta en un fragmento del diálogo como pudo mejorar su vida gracias al arte.
Edita una revista llamada ¿Todo Piola? y publicó un libro de poemas llamado “La venganza del cordero atado”.
Si querés conocerlo lo encontrás acá: camiloblajaquis.blogspot.com
Autor: Marina Pagnutti
Fuente: Radio AM750 – Programa La Patria Transpirada con Eduardo Caimi. Domingo 18/07/10