Revista Cultura y Ocio
A cinco minutos en coche de Santiago de Compostela, en la localidad de Bertamiráns, se encuentra Lenda, una librería de barrio que lleva casi una década asentada en la población y que se ha convertido en un referente tanto por la calidad de novelas que podemos encontrar así como por la amplia selección de cada uno de los géneros existentes. Sus dueños, Oscar Porral e Iria Bernal, son una pareja joven que de un día para otro deciden abrir un establecimiento que a priori siempre está en eterna crisis. Estos emprendedores, supieron que no lo tenían fácil pero las ganas, el empeño y sobre todo, la pasión y la adaptación a los nuevos tiempos supieron recompensarlos con una clientela fiel que siempre acuden a ellos.
Es agradable abrir la puerta de la tienda y que los dos te atiendan con la mejores de sus sonrisas, que te aconsejen sobre compras y como siempre, acierten con los gustos de las personas que se deciden por el título recomendado. Es la librería a la que siempre acudo para hacer mis compras y en las que me pierdo por sus estanterías durante grandes espacios de tiempo para descubrir libros que pasarían desapercibidos en cualquier otro momento.
Hoy nos atienden los dos, en este pequeño espacio que tenemos para rendir homenaje a estas pequeñas grandes librerías de barrio que tanta falta hacen y que desde aquí reivindicamos su papel importantísimo en la difusión de la cultura en nuestro país.
CHEMA: ¿Cuándo decide ser uno un librero? ¿Qué motivaciones hay para abrir una librería?
Uno lo decide según su situación vital. No creo que la vocación de librero sea algo muy extendido en un país como el nuestro en el que leer no es una actividad de primer orden. Este es un sector que está en permanente crisis, que no da una gran rentabilidad y es un medio para ganarse medianamente la vida dignamente y no hacerse rico. No imagino que haya muchos adolescentes con la vocación de ser libreros pero me gustaría equivocarme y que sea lo contrario (risas). Así sería un desencadenante para la renovación del sector necesaria para que esto sobreviva.
Uno decide ser lanzarse de lleno a esto cuando se da cuenta que su relación con los libros es importante porque un librero antes que esto es lector. Hablando en mi caso particular, yo lo decidí cuando después de tener varias experiencias laborales fructíferas y una estancia en el extranjero pues volví al mercado laboral de España y vi que sería una buena idea, en un lugar como Bertamiráns (A Coruña) en el que estamos situados nosotros, abrir una nueva propuesta de librería diferente a las que habían en ese momento.
CHEMA: ¿Cuántos años lleváis abiertos al público?
Estamos a punto de cumplir nuestro décimo aniversario en septiembre del próximo año y si lo piensas es un montón de tiempo.
CHEMA: ¿Qué es lo mejor de ser librero? ¿Y lo peor?
Lo mejor es la relación con los libros y con la gente. Por los libros porque parece que vivimos en Navidades perpetuas (risas), a diario recibimos paquetes de libros y siempre están llenos de sorpresas o estás esperando lo siguiente que va a llegar. Además sigues de cerca un montón de autores que te gustan o simplemente tienes una relación especial con ellos. Esto es un factor sorpresa porque la librería va cambiando en función de las propuestas editoriales. Y respecto a la parte con el trato con la gente pues sin duda alguna el publico que asiste a la librería es por definición gente muy especial. Alguien dijo una vez que "A quien le gusten los libros no puede ser mala persona", yo no estoy completamente de acuerdo pero lo suscribo al 95% (risas) y lo que más nos ha dado la librería es conocer gente extraordinaria y aprender de ellas día a día porque te aseguro que aprendemos más de nuestros propios clientes que de nuestras lecturas (risas).
Lo peor es lo que no se ve porque detrás de este negocio hay un trabajo enorme y en muchas ocasiones está soportado por estructuras pequeñas como en nuestro caso que somos dos personas. Le dedicamos muchísimas horas, nuestra vida gira entorno a la librería, trabajamos seis días a la semana y no contamos la horas que hemos renunciado en estos diez años a mucho tiempo libre y ocio porque esto es un negocio exigente. Además de las horas de atención al público pues manejamos muchísimas referencias, hay muchísimos libros y cada uno hay que tratarlo como una individualidad y tiene que se tratado en un proceso de selección, recepción, etiquetado, ubicación en las estanterías que provoca que haya mucho más trabajo del que se pueda pensar. Nosotros oímos muchas expresiones como "¡Qué trabajo más bonito!" "¡Me encantaría ser librero!" y siempre pensamos, y cuando tenemos confianza lo decimos, que se vengan un par de semanas a trabajar con nosotros para que vea que es un trabajo precioso pero que tiene este "lado oscuro" (risas).
CHEMA: ¿Qué podemos encontrar en Librería Lenda? ¿Qué ofrecéis a vuestros clientes?
Aunque parezca una obviedad, en Librería Lenda se pueden encontrar LIBROS y lo resalto porque en nuestro modelo de negocio, el libro es el protagonista. Una librería con la evolución que ha llevado en los últimos años no solo encuentras libros sino que lo complementas con otro tipo de artículos como la papelería que ha sido lo tradicional aunque ahora se ven otras fórmulas como libros y vino o cervezas o cualquier otro tipo de artículos que permitan que la librería sea una estructura económicamente rentable. Nuestra fórmula está centrada exclusivamente en el libro y me gustaría decir que BUENOS LIBROS porque nuestra técnica se basa en hacer una selección lo más amplia posible pero con un criterio de calidad, entendiendo esto como que el libro sea un buen artículo. Nuestra oferta es amplia porque hay tantos lectores como personas y desde un libro muy divulgativo o muy científico, pues dentro de ese abanico procuramos tener casi de todo primando la calidad.
Y desde luego queremos que en la librería haya buen humor y un buen entorno de trabajo porque son muchas horas aquí y por supuesto que sea un lugar agradable para nuestros clientes, que la gente no solo venga a comprar sino a charlar o saludarnos y que sea un lugar de encuentro para a todas aquellas personas que les encanten los libros.
CHEMA: ¿Cómo ha afectado la llegada del libro digital al negocio? ¿Se nota en el volumen de ventas?
Sí, se nota en el número de ventas pero debería matizar que en determinados libros, no en todos los libros en general. Como aún estamos en estadio previo el mundo digital pues es pronto para evaluar lo que supondrá para el libro pero a fecha de hoy y en base a nuestra experiencia lo que más ha salido perjudicado es el libro universitario que prácticamente está en desaparición en formato papel y por unas razones evidentes que son la practicidad, el precio y el público objetivo al que se dirige porque es el más digitalizado. Otro de los grandes perjudicados es el libro llamado de "gran público" que son los grandes best-sellers como el Premio Planeta o Ken Follet que estos han caído enormemente porque además son los más pirateados ya que son los que la gente tiene un acceso más inmediato.
La digitalización viene de la mano que de gente que tiene menos relación con las librerías porque los que tienen una relación más afectiva con el libro en papel o se han digitalizado menos o se han digitalizado pero no han dejado de comprar libros físicos, siguen teniendo las librerías como puntos de referencias para informarse de las novedades. Ya digo, ha influido en las ventas pero no creo que termine con los establecimientos como se oye por ahí.
CHEMA: ¿Qué ha supuesto la llegada de Amazon para vuestro negocio?
Es una respuesta complicada porque creo que Amazon es una estructura necesaria y lógica en el mundo en el que vivimos porque permite a mucha gente obtener ciertos artículos que de alguna otra manera no podrían tener. Tengo el corazón partido si te digo la verdad porque por un lado me gustaría que no existiese Amazon porque aún recuerdo un mundo en el que no existía y parece que era mejor que este (risas) pero por otro lado entiendo que exista y yo mismo soy usuario de esa plataforma y de otras similares. Lo que si me gustaría es que se jugara con las mismas armas, es decir, que no hubiera un desequilibrio a nivel fiscal por parte de la administración o un trato de favor a esas estructuras enormes que están mal fiscalizadas y producen un trabajo de ínfima calidad y que en ocasiones, detrás de todo eso, hay un algo un tanto oscuro o sombrío que no se sabe lo que es.
Sin embargo, el sector del libro como está bastante protegido por la ley del libro, los descuentos también están protegidos y como sabrán todos los lectores el precio de un libro es igual en todas las librerías, es algo fijo pues está menos afectado que otro tipo de artículos. Lo lógico es que un futuro Amazon y otro tipo de estructuras convivan con las librerías de barrio sencillamente porque no son competencia, no pueden serlo y no deben serlo nunca. Y si en el futuro Amazon acaba arrasando con todo… pues nos arrepentiremos todos (risas).
CHEMA: ¿Cuál crees que puede ser el futuro del sector de las librerías? ¿Y el futuro de los libros?
Pues justamente comentando esta pregunta en conversaciones con otros libreros, creemos que existe un futuro a pesar de que vivimos momentos apocalípticos y que parece que el papel dejará existir pero se han vivido procesos similares anteriores de los que se pueden sacar experiencias como la música, el cine o la prensa escrita. Cuando se produce un cambio de paradigma, como en el que nos estamos adentrando, pues parece que hay un terremoto que todo se tiene que reubicar y los primeros momentos son de muchas dudas.
Han cerrado muchas librerías en España y se siguen cerrando pero se trata sencillamente de una reordenación del sector y son estos años de impasse en el que un sector tradicional como la librería siempre va a contrapie en los tiempos modernos, no se ha digitalizado a tiempo, no ha habido una renovación de libreros jóvenes que hayan cogido el relevo de los antiguos mastodontes de las librerías de ciudad de repente han dejado de ser rentables. Ha habido cierres catastróficos como el de la Librería Negra y Criminal de Barcelona que era un referente en el sector, que hacían un trabajo formidable y que han dejado un poco huérfanos al mundo de las librerías. Pero es eso, creo que las cosas se están reubicando y a veces las estructuras más sólidas son las más modestas, las que no tienen más pretensión que responder al entorno inmediato y dar servicio al barrio en el que se ubican. Cuando las cosas se hacen con cariño, sentido común y criterio económico pues no tienen por qué desaparecer.
CHEMA: ¿Cuáles son los libros que más se suelen vender en la librería? Algún título o género en concreto que destaque sobre los demás.
Es difícil de precisar porque en el entorno en el que estamos ubicados está lleno de niños, la media de la población es la más baja de toda España por lo que nosotros vendemos muchos libros infantiles pero estará al cincuenta por ciento porque va mucho por temporadas. Sobre todo vendemos libros infantiles de calidad, que estén bien editados, buenos, bonitos y aquellos que no tienen una competencia con el libro digital. Lo mismo ocurre con los libros de adultos, a la medida que hemos dejado de vender grandes best-sellers pues hemos empezado a vender mejor, de otra manera, libros más cuidados, más de fondo, recuperación de novelas olvidadas de los años 40 o 50 bien editadas que van más al libro objeto y que creen que están pagando un precio superior por un artículo de buena calidad.
CHEMA: Recomiéndanos algún libro para regalar estas Navidades.
Pues es algo complicadísimo y aunque es parte de mi trabajo (risas) pero es la más complicada del librero sobretodo por lo que he comentado antes; hay tantos libros como lectores. Prácticamente todos los que están en la librería los recomendaría.
De primeras os recomendaría el último libro de Jonathan Franzen, Pureza. Es un viejo conocido de las librerías, a pesar de que no tiene una obra muy extensa, pero todo lo que ha publicado se ha convertido en un éxito de la crítica y del público porque pasa por ser uno de los mejores escritores americanos de su generación. De policíaca, sin lugar a dudas, me decantaría por Soy Pilgrim, de Terry Hayes, que es una novela bastante extensa pero que se lee bien por su ritmo muy cinematográfico, las páginas vuelan y es de los que terminas un capítulo y necesitas leer otro. Otro que también recomiendo es Puerto Escondido de María Oruña que creo que lo conocerás muy bien (risas).
Para infantil pues lo tengo muy claro y es que además es un superventas, El Diario de Greg. De juvenil funciona muy bien la novela de ficción oscura, medieval como La caída de los Reinos, de Morgan Rhodes que intenta imitar un poco a Juego de Tronos con un matiz no tan violento, más light. También la romántica juvenil se vende bastante tipo After o colecciones como Cazadores de Sombras y ahora que ha salido la película pues Los juegos del hambre están repuntando otra vez.
Desde luego, animo a la gente que vaya a las librerías y que perdiese el tiempo buceando en las estanterías porque es la manera de encontrar el libro que te está buscando a ti.
CHEMA: Me imagino que a parte de ser librero serás un gran lector. ¿Qué libro o libros estás leyendo actualmente?
Es una pregunta que todo el mundo me hace muy frecuentemente porque produce mucha curiosidad a los clientes que es lo que está leyendo el librero. El último que tengo entre manos es la obra de un noruego que se ha hecho muy popular, Karl Ove, de la editorial Anagrama y lo que ha hecho este hombre es hacer una serie de seis novelas sobre su propia vida. Parece un libro autobiográfico pero es mucho más complejo, él ha tenido la capacidad de representar algo muy universal ya que todos sufrimos las mismas pasiones, los mismos problemas sea en Noruega o en España al final hay determinados elementos que nos unen a todos. Yo estoy con el tercero de la serie que se titula La isla de la infancia y lo recomiendo mucho.
Soy un lector poco disciplinado en la medida de que porque por nuestro trabajo, los libreros leemos más motivados por estar al día de las novedades, de lo que se está leyendo que por nuestros propios gustos. De hecho, la primera lección que aprende un librero es que no puede tener la librería que quiere sino la que tiene que tener porque sería un fracaso si hubiera todos los libros que a mi me gustan (risas).
Y nos marchamos, los dejamos a los dos haciendo su trabajo y con la convicción de su gran trabajo, sabiendo que esta librería permanecerá abierta durante mucho tiempo y que siempre podremos acudir a Óscar o a Iria para que nos asesoren un poco y nos hagan de psicólogos para conocernos mejor para así dar con nuestra lectura perfecta. A todas las personas que pasen por Bertamiráns, tienen una parada obligada en Librería Lenda.
Este artículo lo podéis encontrar en la edición de diciembre de la revista Comentamos