"El mago Tamarindo"
"El gigante pie grande"
"La princesa rana"
Hay un total de 90 cuentos de una extensión aproximada de 1000 palabras cada uno.
Feliz por estar incluido en esta antología infantil, y feliz de haber participado en este evento.
Debo agradecer enormemente a Layrey Doyrens (fundadora) por el empeño, la decisión y el arranque que ha suscitado cada uno de los concursos propuestos, y por darnos una oportunidad a las personas que tenemos algo que decir a través de la escritura.
El libro está a la venta. Si alguien lo quiere puede pinchar aquí. Os llevará directamente a la página. Allí veréis un enlace que dice, reserva de Doyrensmic I. Y pedís los libros que queráis.Os dejo el comienzo de uno de los cuentos para público infantil:"La princesa rana"
Me clavó sus ojos en la espalda, y no pude más que sentirme observado. El miedo, el fabuloso miedo, comenzó a invadirme de los pies a la cabeza. Al principio una simple convulsión apenas perceptible me hizo estar alerta, y aquella sensación tan fría, comenzó a brotar desde la punta de los dedos de los pies a la cabeza, hasta dejarme helado, casi como un témpano. La sensación de ser observado, me hechizó, para al cabo de unos segundos ver a una chica mal vestida, llena de harapos oliendo en el ambiente mi presencia ( es inevitable nuestra olor. Parecida a almendras recién tostadas). - ¿Dónde estás querido? – dijo fervorosa. – Ven chiquitín… Su aspecto quejumbroso, y destartalado no era el semblante de una princesa. Sin embargo lo era. Estoy más que acostumbrado a tratar con ellas. Las reconozco por sus andares, y los ojos de desesperación. Una cosa más me llamó la atención, la marca del anillo en la mano derecha. Solo las princesas lo llevan. “¿Qué debía temer de una princesa? Yo soy un duende”, pensé, “las princesas siempre piden consejos a los duendes, cuando están apuradas”. Pero a ella no se le veía una princesa normal, de esas de cuento, vestidas tan galante, con trajes impolutos, una corona de diamantes a la espera de un príncipe azul. Me escondí entre la maleza todo lo que pude, sin que se me viera. Fue lo peor que hice, porque el crujir de las ramas le llamó la atención. Al sentir sus pasos aproximarse el miedo me fue encogiendo el estómago, se me cortó la respiración, y cuando quise darme cuenta, a unos escasos pasos, estaba mirándome sonriente.
El resto podéis leerlo en el libro.
Portada y contraportada creada por Diana Profilio ( para ir a su web pinchar aquí )