Una reflexión, sobre todos, sobre la familia y sus entornos en estas culturas del sur de Europa, tan diferentes a las del norte. También sobre sus contornos: ¿quiénes son nuestros padres? ¿a quién podemos llamar hermano?. Cosas que nos parecen lo más normal del mundo pero que en otras latitudes suenan extrañas: la abuela de Reguera muere en su casa, rodeada de los suyos, pero uno de cada cuatro ancianos suecos muere en soledad y nadie se hace cargo de su cuerpo.
Ya me dijo el tío Mails hace muchos añosque "la sangre no es más espesa que el agua". No en vano el concepto de familia no hace referencia a la sangre, se lo leí a Emilio del Río, si no a los que "comen juntos". Y los del sur de Europa comemos menos en soledad que otras culturas.
Un buen libro, y muy indicado para esta cuarentena. Está bien escrito y se lee de un tirón.
Hágase con él, desocupado lector.