Durante mi estancia en Nepal, quizás imbuida del espíritu viajero, me apetecía leer libros en los que el viaje fuese uno de los protagonistas.
Por suerte, pese al dilema que me planteé antes de salir de llevar libros en papel o en ebook, solo me llevé uno de los primeros: Una maestra en Katmandú, de Viky Subirana, que había empezado a leer en casa. Y digo que por suerte, porque, como ya he comentado en las distintas crónicas del viaje, la electricidad es un problema en Nepal y hay seis horas diarias de cortes de luz, por lo que llevar libros en ebook me salvó la vida y pude llenar muchas horas de oscuridad leyendo.
Después de Una maestra en Katmandú me decanté por Indian Expres, una novela de Pepa Roma, con ciertas similitudes con Nunca fuimos a Katmandú (dos amigas en la cincuentena, el viaje soñado a la India, los recuerdos de los años setenta...) pero que se centra en la tóxica relación entre las dos amigas. Es un libro introspectivo y de sentimientos, y los paseos por India despiertan las ganas de emprender el viaje.
Y como no tenía más libros ambientados en Asia me fui de crucero con Perez Reverte y su Tango de la Guardia Vieja, al que le tenía muchas ganas, y me paseé por Argentina, Niza y otros lugares soñados. No me decepcionó en absoluto. Tanto la historia como la forma de narrarla son exquisitas: amor e intrigas más allá del tiempo y el espacio. Disfruté cada línea, cada palabra. Perez Reverte escribe como Dios (suponiendo que éste sea un buen símil, pero ya me entendéis).
De vuelta a casa seguí viajando; en este caso a África con La última vuelta del scaife, un libro de Mercedes Pinto Maldonado que es un canto a la amistad y al amor.
Ahora ando por Roma, Egipto, New York y Tailandia de la mano de Enrique Ríos Ferrer y novela El juicio de Dios que me tiene atrapada entre sus páginas.
Y ya que hablamos de libros, recordaros que el próximo martes es Sant Jordi y estaré firmando la edición impresa de Habana Jazz Club (seguimos con los viajes) en la librería Les Punxes de Barcelona.
Para que no tengáis excusa los que seguís fieles al papel.
Feliz finde y buenas lecturas!