Son tesoros literarios que encontramos en librerías de viejo, puestos ambulantes y en librerías online en especializadas en libros vintage. Los libros viejos son como pepitas de oro que hallamos en nuestro deambular por la vida y los lugares que visitamos. Ediciones antiguas de novelas que ya no se reeditan o con marcas del paso del tiempo: el nombre de su propietario original escrito en una página, ilustraciones artísticas hechas por ilustradores con talento, un lenguaje en desuso en las sinopsis de las contraportadas, novelas sobre temas que ya no se escriben, viejos libros que encontramos para llenar un hueco de nuestras estanterías. Aquella edición buscada y nunca encontrada. Aquel autor del que nunca más se supo nada. Aquellas páginas desgastadas y amarillentas que nos hablan de otro tiempo pasado con voces literarias que sobreviven impresas.
Libros viejos para lectores jóvenes y viejos, para coleccionistas de libros, para buscadores de tesoros bibliográficos. Libros firmados por sus autores y dedicados a alguien especial que nos cuenta una historia en sí misma.
Es la magia de los libros viejos, de ediciones de autores clásicos y de autores que fueron best sellers en una época con éxitos reconocidos. Libros de primeras y únicas ediciones, irrepetibles, usados, con el aspecto de una larga vida en el mercado, con muchas manos que han pasado sus páginas, libros viejos llenos de talento y vida.
Los libros viejos nos cuentan historias. Cada persona tiene sus libros viejos, aquellos que ya están en su biblioteca, y otros que llegarán a sus manos de forma imprevisible. Y que dejarán su huella literaria en nosotros para siempre.
Libros viejos. Emociones nuevas.