Revista Cultura y Ocio

Libros y deseos en la noche de San Juan

Por Mientrasleo @MientrasleoS

Libros y deseos en la noche de San Juan

     "Nos forma aquello que deseamos."
                       John Irving. Personas como yo
   Lunes de resaca del solsticio de verano, de hogueras, canciones y fuegos que se extinguen con las primeras luces del amanecer. Noches mágicas y sensuales en las que por costumbre, tradición, superstición o diversión (me gustan las palabras en terminadas en -ón, muchísimo más que otras, como por ejemplo las terminadas en -ólogo), pedimos deseos.
     Los deseos. Los cuentos nos enseñaron que pueden pedirse a la luna, a un trébol o a un mago, ¿quién no ha soñado durante Mil y una noches encontrar una lámpara maravillosa habitada por un genio? Otros en cambio se fijaron en los espejos de madrastras a los que pedían deseos un tanto más oscuros, o en regalos dados por hadas o, incluso el mismísimo Mago de Oz preguntaba a sus visitantes qué era lo que querían.
Con el tiempo los deseos se vuelven más divertidos, inconfesables, escritos en tapas de libros que antaño se pintaban de rosa con una enigmática sonrisa vertical y que ahora presumen de llevar esposas y corbatas en las portadas. Pero ahí siguen. Nuevas acepciones para la misma palabra: "deseo". Nuevas etapas y nuevas lecturas también. Y si hablamos de lecturas es fácil para un lector decir lo que desea.
     En una noche mágica para pedir deseos, os diré los confesables. Deseo seguir con la historia del que dicen se titulará Vientos de invierno, para sentir el frío de esos vientos que me confirmen que el invierno finalmente llegó. Y quiero que Kvothe me termine de contar su historia, la cual intuyo, vendrá cargada de páginas y esta vez de acción. Deseo saber más de Charlie Parker y no tener que decir adiós a otros detectives como hiciera ya con Bolitar, porque sus autores los agotaron. Y quiero descubrir que me faltan libros por leer de alguno de mis favoritos, de esos ya fallecidos que creo agotados en mis estantes.
     Deseo poder seguir compartiendo mis lecturas como hice hasta ahora, y hablaros de un tal Stoner que me emocionó o de libros sobre libros, ya sea el de un tal Balzac y la joven costurera o descubrir nuevamente quien es La nieta del señor Lin. Deseo emocionarme con historias como esas y pasar miedo con otras, como ya lo hiciera con Déjame entrar y también reír como lo hice con Una comedia canalla. 

     Este año, en la lista de mis deseos están incluidas muchas letras escritas que me provocaron sensaciones que me gustaría repetir y también los nombres de quienes las escribieron. Para que lo sigan haciendo. Porque, a fin de cuentas, en la mente de cualquier lector, de esos que buscamos durante las vacaciones una Librería ambulante o una especialmente hermosa fantaseando con la posibilidad de que esconda un misterio, o mejor aún, que sea una Librería encantada... en la mente de todos nosotros ya se anticipan las lecturas que no hicimos, las que aún ni siquiera se escribieron. La literatura tiene eso, que es un vicio, y nos hace desear siempre un poco más. Por eso hoy aprovecho a dejar escritos mis deseos, porque en esta noche más corta, dicen que se escuchan, y no podía desaprovechar la oportunidad. No nos olvidemos que hoy podemos vivir El sueño de una noche de San Juan.
     Y vosotros, no os pediré que dejéis escrito ese deseo inconfesable... (podéis hacerlo, claro :-P ) Pero de los otros... ¿podéis decir un libro que deseéis leer? Prometo copiaros los títulos.
     Gracias
     PD. Uno de los que yo quiero: La promesa de Kamil Modrácek

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