“Lo más sorpresivo es que salen a buscar un monto importante de plata. Pareciera que la intención es rollear el vencimiento de fin de mes en lugar de pagar con lo que juntaron hasta ahora. En lo que va de junio vienen levantando bastante financiamiento y le devolvieron algo al Central, que si bien fue un monto chico ($2.200 millones) es llamativo porque no solo no pidieron sino que incluso cancelaron algo. En ese sentido, se ve que vienen sobrecumpliendo la meta propuesta de financiarse 60% con emisión y 40% con deuda”, analizó Joaquín Waldman, de Ecolatina.
Efectivamente, Economía aún no le pidió asistencia monetaria al BCRA en junio. Fuentes oficiales consultadas por este diario señalaron al respecto que aguardarán a la próxima semana para ver si es necesario hacerlo antes de que termine el mes, aunque estimaron que es probable que sí. “Las dos primeras semanas de julio son exigentes financieramente para el Tesoro por la concentración de pagos salariales (aguinaldo incluido) y previsionales pero no lo sabemos a ciencia cierta”, explicaron.
Con todo, entre enero y mayo el mix de financiamiento del Tesoro fue 45% de endeudamiento neto en el mercado (casi $200.000 millones) y 55% de emisión monetaria ($240.000 millones). Con el panorama actual, todo indica que Guzmán va camino a cerrar el primer semestre con esas variables aún más equilibradas. Es decir, con un porcentaje de asistencia del BCRA menor al presupuestado (60%).
En concreto, este lunes la secretaría que conduce Mariano Sardi ofrecerá tres letras a tasa fija (Ledes) a cuatro, cinco y seis meses de plazo; una letra a tasa variable (Lepase) a cuatro meses; y dos letras atadas a la inflación (Lecer) a seis y doce meses. En principio, un menú similar al de las colocaciones previas. Como en las últimas subastas, los instrumentos que se reabren saldrán sin precio mínimo (es decir, sin tope de tasa). Los únicos títulos con techo en los intereses serán los nuevos: la Ledes al 31 de diciembre (40,87%) y las Lecer al 31 de diciembre (1,6% real) y al 30 de junio de 2022 (2,35% real). En el caso de las letras indexadas son rendimientos algo superiores a los que convalidó hasta acá.
Estos últimos tres instrumentos son también los únicos a los que podrán ingresar los bancos con pesos de los encajes, ya que la reciente normativa del BCRA los habilita a migrar Leliq encajadas a títulos del Tesoro con plazos de entre 180 y 450 días. En las últimas operaciones, los bancos públicos y también algunos privados de capitales argentinos hicieron uso de esta opción, algo que ayudó a potenciar las primeras colocaciones del mes. En el equipo económico esperan que los mayores rendimientos que ofrece Finanzas respecto de las Leliq (que además pagan el impuesto a los Ingresos Brutos por decisión del Gobierno porteño) vaya venciendo la cautela inicial de los privados.
En el último tiempo, Economía consiguió elevar el endeudamiento neto en pesos con leves retoques al alza en las tasas de interés y una creciente proporción de títulos indexados. Como contó Ámbito, la expectativa oficial es reducir la dependencia de los instrumentos atados a la inflación en la medida en que se extienda la desaceleración del ritmo de suba de los precios. Respecto de los intereses pagados, por el momento, el equipo de Guzmán priorizó sostener un tope que considera “sostenible” y por eso, cuando el mercado pidió rendimientos mayores, prorrateó las ofertas y no adjudicó la totalidad.
En el mercado reclaman un alza de los intereses y creen que Finanzas se guarda esa carta para los momentos más desafiantes, como los grandes vencimientos de agosto por unos $500.000 millones. En el seno del Gabinete económico es un tema de debate. Coinciden y trabajan en el objetivo de mediano plazo de migrar del esquema de política monetaria actual a uno en el que la tasa de referencia pase a ser la de los títulos del Tesoro, a través de los cuales se regule la liquidez de la economía y se pueda trasvasar gradualmente la bola de $3,5 billones de pasivos remunerados hacia el mercado de capitales, como ya contó Ámbito. Aunque difieren en los tiempos. Miguel Pesce preferiría que Guzmán pague un poco más, no prorratee y descomprima las necesidades de emisión y esterilización del BCRA. Con todo, en ambos despachos buscan que la asistencia monetaria sea menor a la presupuestada.