Los equipos artísticos son conscientes de la importancia del liderazgo creativo y de cómo un correcto y adecuado uso de las herramientas artísticas facilitan procesos creativos en donde el talento y la creatividad de cada individuo son imprescindibles para aportar el sello distintivo que marcará la diferencia a cualquier proyecto artístico o empresarial.
El líder creativo es plenamente consciente de la necesidad de que sino hay libertad absoluta para la creación el potencial creativo de su equipo no saldrá a flote y la innovación caerá por su propio peso. Para evitar esto se esfuerza en crear y mantener a pleno gas espacios donde cada miembro pueda desarrollar su creatividad y dar el máximo de su experiencia y valores humanos, sólo así podrá mantener la calidad del Valor Funcional y aportar dosis de belleza desde el Valor Emocional.
Gracias a un verdadero valor emocional que es el que atrae al consumidor desde el valor funcional se pueden construir mensajes absolutamente coherentes que consigan conquistar y fidelizar a tus clientes, generando el auténtico Valor de Resposabilidad Social Corporativa. Cualquier empresa que es capaz de entender estos conceptos tiene asegurado en tiempos de crisis la permanencia en los mercados internacionales y nacionales. Las crisis son amigas de los resultados de siempre esos que tanto gustan a las empresas amantes de vivir de las rentas y también son amigas de la llamada de atención que nos dice que es hora de crear fórmulas nuevas, empresas nuevas en base a diálogos y escucha, permitiendo el factor sorpresa para dejar que suceda.
Las empresas a día de hoy tienen dos opciones seguir lamentándose y mostrar su agresividad por un pasado que no volverá a suceder o respirar, limpiarse la suciedad acumulada y mirar al frente con determinación de emprender nuevos caminos que les darán más opciones, más satisfactorias y necesarias para la nueva sociedad del siglo XXI.
La aplicación de trasladar las herramientas y los equipos artísticos al mundo empresarial es de una evidencia pasmosa si de lo que se trata es de que los mensajes corporativos en vez de ser repetitivos hasta aburrir, trasladen al consumidor contenidos coherentes de principio a fin a través de sus empleados los cuales son los encargados de construir experiencias en los puntos de encuentro a través de un verdadero Valor Emocional transmitido en relación de feed back gracias a un Valor Funcional que satisface a todos los grupos interesados.