Revista Coaching

Liderazgo plural: el arte de dirigir en grupo

Por Utopiacf

Cada vez nos alejamos más de las estructuras verticales de poder y mandato. Desde que estamos inmersos en la era del liderazgo, nos involucramos más en estados que favorecen al grupo y a la participación de todos más allá del individualismo. Y es que un equipo lo componen personas con cualidades y características diferentes que aportan visiones únicas haciendo que ese grupo sea muchísimo más potente y fuerte que una persona sola. Así nace y se asienta de forma exponencial el liderazgo plural. ¿Qué es y cómo ponerlo en práctica de forma saludable?

Liderazgo plural: Definición

El liderazgo plural es una nueva fórmula de entender el poder, de saber que el individuo en soledad tiene un recorrido mucho más corto y restringido del que tiene un grupo con diferentes perfiles en su haber.

Según el proverbio africano “si quieres llegar rápido, camina solo. Si quieres llegar lejos, camina acompañado” deducimos que es mucho más efectivo el realizar los caminos rodeándonos de otras personas que puedan complementarnos, ayudarnos y acompañarnos así como nosotros a ellos. De aquí nace el concepto de Liderazgo Plural.

Un liderazgo que rompe con la idea tradicional de líder (persona sola que se coloca al frente de una situación o hazaña para guiar al resto hacia lo que tienen que hacer y les marca un camino) para trabajar en equipo y horizontalizar mucho más el concepto de guía.

Por lo tanto, la definición exacta de liderazgo plural podría ser o al menos nos acercaríamos mucho a ella determinando que se refiere a la actividad de liderar una situación desde el grupo, en una relación horizontal. Huye de las figuras individuales para centrarse y potenciar al grupo.

Primero jefe, después líder y ahora, liderazgo grupal

La empresa así como la forma de entender la vida está en constante cambio y evolución. El poder o como se gestiona este en las organizaciones está en entredicho desde hace algún tiempo y es que ya no estamos cómodos en las estructuras rígidas en las que todo está bajo la batuta de un jefe (con lo que implica este concepto).

Un jefe ya está obsoleto y es que esa figura representada por alguien que ejercía su rol de poder a través del miedo, generar inseguridad, mandar (sin más), no enseñar sino exigir y no contemplar el valor de su equipo… Ya no funciona y de hecho, desde hace algún tiempo se penaliza y mucho en las empresas por todo el colectivo. Una compañía que tenga este funcionamiento está avocada al fracaso y por supuesto, le costará mucho progresar hoy en día. Y es que su competencia seguro está mucho mejor posicionada en esto de jugar a ver quién manda y cómo.

Poco a poco fuimos evolucionando y pasamos de los jefes de toda la vida (los de puerta cerrada y hablarles de usted como única fórmula que entendía de tenerles respeto) a las nuevas figuras de líder. Un líder que aparecía en el escenario como un rol abierto, proactivo, enfocado al cambio y sobre todo con el objetivo claro de sacar lo mejor de su equipo.

El líder es una figura que sabe que su equipo tiene un gran valor, que apuesta por aprender de ellos pero que balancea el también instaurar su criterio sobre el de los demás cuando es necesario. Eso sí, no sin imponer pero haciéndolo de una forma y manera constructiva en el aprendizaje y el convencimiento saludable se impone sobre el “porque yo lo digo” de los jefes de antaño.

Ahora, tras estas evoluciones a las que incluso aún nos estamos acostumbrando (el ecosistema empresarial va a ritmos diferentes dependiendo de la estructuras de las empresas), todo da una vuelta de tuerca y nos aparece el Liderazgo Plural. Algo que realmente deja atrás sobre todo, la figura de jefe y en parte, a los líderes que hemos creado en estos tiempos.

El liderazgo plural se centra en el colectivo e instaura una nueva forma de entender el poder. El individuo importa pero no como tal en sí mismo sino como parte fundamental del grupo. Así trabaja el liderazgo plural.

Características esenciales del liderazgo plural

Colectividad vs individualidad

Como venimos desdeñando en este post, la característica más importante del liderazgo plural es que pasa de poner el foco en la persona (en este caso el líder o cada miembro individual de su compañía) a lanzarlo hacia el grupo. Ahora lo que realmente importa es el colectivo. Y partiendo de él, desarrollar las actividades que se necesiten siempre teniendo como base el grupo.

Toma de decisiones grupal

Otro punto a destacar es sin duda, la toma de decisiones. Hasta ahora en un estamento organizado con un líder, se tenía en cuenta la opinión y aporte del equipo pero la última palabra siempre era del rol de cabeza (el líder). Ahora con el liderazgo grupal hasta la toma de decisiones se hace a partir de lo que aporte el grupo y en mayor consenso. Para aplicar el liderazgo plural se desarrolla un sistema de toma de decisiones muchísimo más colectivo en el que todos aportan y se determina en consenso.

Transparencia

Al ser un concepto que se basa en el grupo y no en el individuo, el liderazgo grupal goza de una transparencia mucho mayor. Así mientras antes aceptábamos y acatábamos las decisiones del líder y a menudo el grupo de enteraba de las mismas cuando las tenía que ejecutar si es que se enteraba, ahora la transparencia es mucho más evidente al ser el equipo el que forma parte imprescindible de esa decisión. Y es que ahora el poder (por así llamarlo aunque desde Utopía desechamos totalmente este concepto) está en el equipo, en la pluralidad.

Liderazgo plural: creando estructuras inteligentes

Si algo aporta el liderazgo plural es el crear estructuras inteligentes en las compañías en las que se implanta. Es fundamental que ya a estas alturas del emprendimiento y desarrollo empresarial tengamos presentes que el verdadero y auténtico valor son las personas. Que cada uno aporta cualidades únicas que hay que potenciar y saber engranar con los demás perfiles de la empresa. Así es como conseguiremos objetivos mayores y sin duda alguna, el éxito.

Para poder implementar un sistema de liderazgo plural en la empresa es imperativo que aceptemos la máxima de que el equipo es la fuerza vital. Que individualmente podemos hacer las cosas más rápido pero que como somos fuertes es apostando por el grupo. Aquí estará la base de todo.

Hay que trabajar por lo tanto en una estructura mucho más sólida y afianzada en el equipo de trabajo. Confiar con ellos como tal y dejar que se desarrollen en este nuevo ecosistema. Aportarles las herramientas necesarias y sobre todo, el marco de actuación para que puedan tomar decisiones e incluso, equivocarse.

Lo importante es trabajar un ecosistema que ayude a que este nuevo sistema funcione de buena forma. ¿Cómo podéis hacerlo en vuestra empresa? Con ayuda y acompañamiento para que la transición sea parte del proceso de aprendizaje. En Utopía estamos habituados a ayudar a empresas a realizar estos cambios tan significativos… ¿Hablamos?


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