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Washington, USA.- Líderes políticos, legisladores, y expertos del hemisferio analizaron en la sede de la Organización de los Estados Americanos (OEA) en Washington, DC el estado...
de la democracia en el continente durante la XXVIII Mesa Redonda de Políticas de la OEA: “¿Democracia Representativa o Democracia Participativa?”.
El Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza, destacó la oportunidad del debate cuando este año se cumplen diez años de la firma en Lima, el 11 de septiembre de 2001, de la Carta Democrática Interamericana. “Esta discusión es importante porque tenemos una Carta que dice que la democracia es un derecho de los ciudadanos de la región, algo que no estaba contenido en instrumento alguno en el mundo antes; y no cabe duda que la forma en que se ejerce ese derecho, la forma en que se expresan las mayorías, la forma en que se expresan las minorías, es fundamental”, afirmó.
El máximo representante de la Organización hemisférica recordó que la Carta hace hincapié en temas clave como la práctica de la democracia de acuerdo al imperio de la ley, el respeto a las instituciones y el respeto de las minorías. “Es fundamental analizar de qué manera se ejercen esos derechos, de qué manera se respetan esas opiniones contrarias, y cómo funciona en la sociedad la expresión de los distintos actores”, apuntó.
Dando la palabra a los panelistas, el Secretario General Insulza los instó a que “nos ayuden a compatibilizar estos dos conceptos, el de la democracia representativa y la democracia participativa”.
El panel estuvo moderado por Víctor Rico, Secretario de Asuntos Políticos de la OEA, y contó con la participación de Jorge Castañeda, ex Ministro de Relaciones Exteriores de México; Eduardo Vio Grossi, Juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos; María Paula Romo, Asambleísta por Alianza País de la Asamblea Legislativa Nacional de la República de Ecuador; y Dante Caputo, Asesor Especial del Secretario General de la OEA y Director del Proyecto Democracia.
El diálogo giró en torno a la cuestión, “¿Qué debe entenderse por democracia en la Carta Interamericana: democracia representativa o participativa?”. El Juez Vio Grossi afirmó al respecto que “la gran virtud que tiene la Carta Democrática es haber establecido los elementos esenciales y los componentes fundamentales de la democracia”. Esos elementos, dijo, “son los de la democracia representativa” y por lo tanto “aquí podemos concluir que la Carta Democrática está entendiendo por democracia la democracia representativa”. La participación democrática es considerada por la Carta “sólo como un componente, un factor que condiciona a la democracia pero no forma parte de su esencia”.
Para la política ecuatoriana María Paula Romo, en cambio, la contraposición entre ambos conceptos es “un falso dilema”. “Yo sigo creyendo que, afortunadamente, el concepto de la democracia puede ser y es resignificado todos los días,” afirmó, “no sin afirmar que hay unos principios que deberían resultarnos innegociables”.
Romo no negó sin embargo que exista una “tensión” presente entre la democracia representativa y la participativa que presenta varios desafíos, el principal de los cuales es “cómo reconstruir y reinventar las lógicas de la representación”. Según ella, “quienes tenemos la responsabilidad de la representación estamos representando a sociedades mucho más complejas que antes, con intereses mucho más complejos que van más allá de la identidad, que van más allá de la ocupación, que van más allá del territorio en el que vivimos”.
Sin embargo, concluyó que “así como hay ocasiones de tensión y situaciones en donde la propia comunidad internacional se ha sentido impotente frente a los ataques a la democracia, creo que también hay ejemplos de cómo la construcción es posible, que la democracia depende de liderazgos personales” y de “instituciones que tienen la fuerza de tomar decisiones aún cuando son impopulares”.
Dante Caputo destacó la importancia del debate en una época en que “estamos repensando la democracia” y vivimos una “nueva transición” de la democracia en el continente. “Dejamos atrás la dictadura, pero la democracia latinoamericana todavía no nació”, afirmó.
Resaltó luego que, en América Latina, determinar qué democracia se desea “no es una cuestión académica, sino una cuestión política central”. El ex canciller argentino agregó que la democracia que debe interesar es “aquella que logra una mayor participación para que la representación se fortalezca”. “Necesitamos mayor participación para mejor representación”, concluyó.
El ex Ministro Castañeda, por su parte, recordó las negociaciones en torno a la Carta Democrática, que “de algún modo, trataba de ir un poco más allá de la disyuntiva que se plantea en la pregunta”, aunque en las discusiones “hubo en algunos casos un intento por tratar de darle más contenido, más aterrizaje, más precisión al término democracia”, mientras que en otros casos la intención era más bien “hacer a un lado, debilitar, ahogar, diluir” ese significado, llevándolo a “una definición tan amplia para que quedara vaciado de contenido”.
El ex canciller mexicano se refirió además a la posibilidad de modificar la Carta, algo considera abierto aunque con cautela. “Lo primero que conviene subrayar, por lo menos en mi opinión, es que si se trata de agregarle, sumarle, a los cánones tradicionales de la democracia representativa algo más, enhorabuena”. Sin embargo, continuó, “si se trata, al contrario de socavar, debilitar o diluir los cánones tradicionales de la democracia representativa para sustituirlo por algo raro, yo creo que esto es algo que se debe de combatir, y se debe de combatir muy de frente, porque puede transformarse en la nueva versión del autoritarismo latinoamericano de siempre”.
En su análisis, Castañeda trazó los orígenes de esta disyuntiva, entre la democracia representativa o “burguesa” y la participativa o “popular”, y citó a Vladimir Lenin antes de describir la existencia del “viejo populismo latinoamericano” en varias partes del continente. “Democracia de masas o democracia directa son en mi opinión formas de diluir, socavar, o eliminar lo que efectivamente son las formas tradicionales de democracia representativa, con todos los defectos que les conocemos y que no son precisamente novedades”.
Víctor Rico resumió el debate alrededor del concepto de democracia señalando que éste “refleja que hay un proceso en construcción en América Latina y un proceso en construcción de una democracia que no sé si llegará a perfilarse como una idea hegemónica”. Sin embargo, puntualizó, “no hay dudas de que culminará en una consolidación y un enriquecimiento de la democracia en nuestra región”.
Fuente: lanaciondominicana.com