Revista Cultura y Ocio

Lidia Falcón

Publicado el 16 diciembre 2020 por Plasnisk

Lidia Falcón

El feminijmo de mi logia
es el weno

Lidia Falcón es una feminista feminazi amargada, malfollada aburrida y con ganas de protagonismo. Muy pesada, trasnochada y muy, muy protagonista siempre.

Se nota que no echa un polvo ni pagando a un vagabundo.

Es el Joker del Feminazismo. Solo le falta dinamitar un hospital o bajar las escaleras bailando. 

Ni que decir que está en contra de la custodia compartida, de que el hombre vea a sus hijos, a favor de que todo se lo quede la mujer. Que lo contrario es violencia de género.

Vamos, que le queda poco para pedir que si nacen niños los tiren en un barranco directamente.

Percibe a los trans como un competidor para su chiringuito y defiende que las mujeres y los hombres nacen construidos y que nadie asigna el género, acercándose mucho a la ideología de Hazte Oír que dice que los niños tienen pene, las niñas tienen vulva.

Últimamente está contra el feminismo mainstream y llorando porque ahora el lobby LGBT+ les ha ganado por goleada y por tanto se llevarán más dinero tanto público como de inversores.

Se la comió el monstruo que ella misma ayudó a crear y no ha hecho otra cosa en su vida que rezumar odio a los hombres.

Que a esta señora no le hayan dicho nada, simplemente denota una vez más lo infundido que esta el feminazismo en España.

Biografía

Nació bastarda, ya que su madre se lió con un productor teatral para conseguir un papel. Su madre se instaló en Barcelona y consiguió trabajo de censora gracias a tocarle le churra al cacique del pueblo. Su abuela fue la que le metió los pájaros feminazis en la cabeza.

Escribió libros que nunca interesó a nadie y multitud de obras de teatro que solo destacó una (Tres idiotas españolas) y gracias a Gemma Cuervo. Las demás, basura.

Según ella, sufrió persecución y torturas por sus ideas políticas durante la dictadura franquista y que fue Billy el Niño quien la torturaba. Seguramente fue por otra cosa, pero así mola más y es más victimista. Por lo visto, el tal Billy era el único torturador que había durante el franquismo.

Cuando fue encarcelada su madre se suicidó por vergüenza, lo que nos demuestra que fue por algo así como tocar churras o merinas.

Desde entonces decidió vivir del feminismo cuando Franco estuvo bien muerto.

En 1976 creó un Colectivo y revista Feministas. Vio antes que nadie que el feminismo era un negocio redondo y en 1977 fundó la Organización Feminista Revolucionaria, a partir de la cual se creó el Partido Feminista de España, una secta que se basa en la concepción del feminismo como una desviación ridícula del marxismo, completamente antimarxista, y está en la misma coalición que los del PCE, que se siguen considerando marxistas y también se aliaron con el movimiento populista que trabajaba para el canal de un teocracia asesina de comunistas.

En la era de internet, como había demasiadas Barbijaputas, Irantxus Varelas o Towandas, decidió ser más radical y más locas que ellas.

No solo eso, si no que se atrevió a decir que los trans estaban haciendo campaña por la pedofilia o que el motivo de alquilar úteros femeninos era para producir niños.

En 2015 se retiró de la candidatura de AeC Sevilla. Según ella, por el sectarismo de IU y cómo no, del machismo.

Quería un puestito o un silloncito y al no conseguirlo porque su organización era insignificante, no le quedó mas remedio que gritar a los cuatro vientos.

En 2019, ella y su ejército de locas de pelo azul y huelebragas, fueron expulsados de Izquierda Unida. Su tiempo pasó. La revolución devora a sus hijos y ahora le tocaba ser pioletada.

Desde entonces despotrica de las nuevas neofeminazis y grita sus locuras en medios informativos que aun le siguen el rollo.


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