Revista Deportes
Los sueños se miden por distancias, están cerca o lejos, y para la selección femenina U19 ganar la medalla de oro siempre estuvo fuera de su alcance ante Estados Unidos, un grupo con más músculo, físico, velocidad e intensidad. España sólo aguantó poco más de cinco minutos, hasta un triple desde unos siete metros largos de Laura Gil (9-11). En esa acción de videoteca se diluyó el conjunto de Carlos Colinas, que se había impuesto con brillantez en semifinales a Australia, perdedora ante Brasil (70-67) por el bronce. España tuvo que conformarse con la plata ante un rival muy superior (46-69) guiado por Massengale (siete asistencias) y con un trío anotador (Lewis, Williams y Dolson) que se repartieron a partes iguales 45 puntos. Sólo uno más sumó la selección.
El grupo de Colinas se tomó la derrota como lo que es: otro éxito para el baloncesto español. La plata se suma a los oros europeos de la U18 masculina y de los (y las) U20 de este verano. España repitió la posición que había ocupado en el mundial U19, anterior cuando también perdió en Tailanda ante la selección estadounidense, que festejó su cuatro título consecutivo -todo empezó en Túnez 2005 y siguió en Eslovaquia 2007- y sin contar la mejor versión en ataque de su mejor jugadora. Stewart se quedó en tres puntos (1/7) y seis rebotes, pero robó dos pelotas y colocó tres gorros. Números que no le impidieron formar parte del quinteto ideal junto con su compañera Massengale, la japonesa Takada y la brasileña Dantas, nombrada MVP del torneo, y la pívot de la selección española Ndour, que promedió 12'1 puntos y 9'1 rebotes durante los nueve partidos del torneo. En la final la interior, nacida en Dakar (Senegal) aportó 10 tantos y 6 rechaces, pero estuvo incómoda como el resto del grupo.
"Eso no puede ser"
El técnico español no podía ser más claro tras el primer cuarto: "Estáis mirando cómo juegan en ataque. Eso no puede ser". La selección contemplaba más que defendía, llegaba tarde para puntear los triples de las tiradoras (4/5 en ese período) y las pívots rivales se ponían las botas en la zona (12-24 a los 8m 57s). España se entretenía en botar en exceso para sorprender en los últimos segundos, pero la mayoría de sus tiros o eran cortos o estaban mal dirigidos. Parecía que buscase complicarse: es lo que hacen los nervios. Incluso Queralt Casas, flamante MVP del Mundial U20 celebrado en Serbia, estuvo irreconocible (0/5).
Para Estados Unidos todo resultaba más fácil: defendía mejor y se aseguraba posiciones más cómodas de tiro, como la canasta que sirvió para cerrar el marcador al descanso (22-37), obra de Williams, omnipresente en la primera parte como Dolson, tras una triangulación. Lewis resultó la más acertada a partir de entonces ante una España igual de nerviosa e imprecisa y a quien se le hacía una odisea lograr una canasta. La receta de Colinas para intentar la remontada (43-62 a 6m 38s) incluía ingredientes que su equipo nunca llegó a combinar: "orden, calidad con bloqueos y defensas". Y sin esas virtudes vencer a un equipo tan completo como el de Estados Unidos era un sueño lejano. Cerca, colgada en su cuello, tienen una medalla de plata las chicas de la U19. Otro éxito del baloncesto español y del femenino en particular.
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