El Nuevo Universo DC va avanzando y aunque en algún caso, no en muchos, está sirviendo para dar buenas historias no es el punto de La Liga de la Justicia.
En el anterior número dejamos a Linterna Verde y Batman peleando contra Superman, la confrontación sigue en estas páginas con la inclusión de Flash (Barry Allen y Hal Jordan también son amigos en esta realidad). Se cuenta también el cómo el joven que será Ciborg se siente abandonado por su padre y el accidente que provocará que deba ser convertido en un ser medio máquina. Y ya está. Nada más.
Cierto es que las breves páginas que componen un tebeo de grapa normal no dan para mucho, pero igual de cierto es que si en algunas metes tres viñetas (e incluso en dobles) pues el espacio para contar nada se reduce terriblemente, haciendo que te veas limitado a no contar nada o que lo narrado no tenga realmente importancia.
Las comparaciones son odiosas, pero es inevitable y caemos en recordar la legendaria etapa en que Giffen y DeMatteis se encargaron de este grupo, una época que sigue sin ser igualada en la que demostraron que se puede hacer humor con superhéroes y además seguir siendo fieles a la esencia de los personajes.
El Nuevo Universo DC vino con mucha fuerza y solo para dejar claro lo innecesario del mismo, un intento que podría haber servido de algo si a cambio se dieran historias interesantes. Pero tampoco pasa nada, todos sabemos que dentro de poco nada de esto contará, se hará otra crisis (término usado de forma genérica) y todo tendrá otro comienzo, otra vez.
Doc Pastor
Escribo de cine, cómic y lo que haga falta (ahora un libro divulgativo). Fundador-Director Editorial de Ruta 42, coleo por más sitios. Mi perrito se llama Loki.