Revista Cine

Like Crazy, ¿La distancia hace el olvido?

Publicado el 16 marzo 2012 por Rehlu

¿La distancia hace el olvido?Trabas en el amor hemos visto muchas. Desde aquellos enamorados que contemplan cómo sus sentimientos se marchitan por el desgaste de la relación hasta esos otros en los que es necesaria la presencia de un tercero para tambalear lo que creían invencible. El fondo de Like Crazy no difiere en nada a lo anterior expuesto. La distancia es un gran impedimento para mantener algo que se construye de la nada y se hornea en la proximidad. Sin embargo la cinta posee un halo especial que, al igual que los sentimientos, es mejor vivirlos que contarlos.
Doremus ha escarbado en sus propias miserias para entregar un trabajo que rezuma sinceridad. Un ejercicio de confesión, de terapia personal, en el que revivir su pasado sirve de cimiento a una historia que lo pide a gritos. La honestidad de su director es esencial en el tratamiento del relato. Verter en un guión sus vivencias en las cosas del querer no es tarea sencilla pero si elemental si se quiere conseguir un resultado más cercano. Nos invita a debatir si el amor supera las distancias y el gran acierto de la cinta es que toma partido. Sin manipulaciones, simplemente narrando una historia universal.
¿La distancia hace el olvido?Like Crazy es un golpe de aire fresco en un terreno consolidado. Esa frescura se encuentra en la naturalidad con la que está expuesta siendo un espejo en el que cualquier espectador puede verse reflejado. No es tan rocambolesco encontrarnos en la actualidad con un amor limitado por la distancia medida por kilómetros que por diferencia de clases, algo que el cine ha explotado hasta cansar.
Si Doremus ha querido sacar a relucir su diario personal como moneda de sinceridad no se ha quedado a la zaga a la hora de elegir unos intérpretes que vivan esas palabras. Ante esta sabia decisión no cabe más que quitarse el sombrero. La química desbordante entre sus protagonistas traspasa la pantalla. Like Crazy sirve no sólo para radiografiar un enamoramiento en todas sus fases sino también para descubrir el potencial de esa joven llamada Felicity Jones cuya naturalidad se palpa en cada secuencia. Insuperable su voz entrecortada por la emoción en algún momento del filme. Imborrable la escena final donde la ausencia de palabras es la respuesta del tiempo.
¿La distancia hace el olvido?
Lo mejor: la verdad de sus palabras y una Felicity Jones que enamora.Lo peor: a ratos se vuelve redundante.


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