Mira Sorvino, la madre biológica
Se nos cuenta la historia de dos familias, a la que el destino les juega una mala pasada. La primera está compuesta por un matrimonio de clase media alta (bastante "pijos", vamos), que tienen un precioso niño de 7 años al que adoran. La otra es, en realidad, una familia en proyecto. El hombre es un alcohólico que ha pasado 7 años en prisión, condenado por malos tratos a su mujer. Tras salir de la cárcel se reúne con su mujer, con el firme deseo de rehacer su vida juntos. No tienen muchos medios, pero él encuentra trabajo pronto y lleva siete años sin tomar. Ella le confiesa entonces que, a poco de su marcha a cumplir condena, se dio cuenta de su embarazo: no viéndose capacitada para educar a un hijo sin un padre, y no queriendo abortar, se decide a darlo en adopción. Y en este punto, volvemos al matrimonio estupendo y a su maravilloso hijo, que resulta ser el niño cedido. El padre biológico, cuya firma fue falsificada para dar al bebé, quiere recuperarlo a toda costa. Y la ley le da la razón.Barry Pepper, el padre biológico
La película toca temas delicados como la violencia doméstica, la paternidad, el amor en la familia, el alcoholismo,...Pero, para mí, desde el principio, y como padre de seis hijos, el interrogante era: ¿son los hijos un derecho de los padres?No os la perdáis.